Mirar a los pueblos indígenas no como pueblos aislados ni como remanentes del periodo prehispánico, sino como pueblos dinámicos con procesos culturales vivos, es el nuevo discurso que seguirá la curaduría de las salas etnográficas del Museo Nacional Antropología (MNA) que actualmente están en renovación.
En entrevista, Arturo Gómez Martínez, subdirector de Etnografía del MNA, platica que trabajan en la parte sur del segundo piso del museo más visitado del país en donde colocarán piezas como el llamado Huipil de la Malinche, un mantón de Manila del siglo XVIII, códices indígenas, instrumentos musicales y máscaras.
“En la segunda planta del museo teníamos 12 salas dedicadas a regiones y a pueblos indígenas de México, se montaron en 1964 a través de las investigaciones de aquel entonces. Actualmente ese espacio albergará cinco ejes temáticos, las salas dejarán de mirarse como espacios territoriales o regionales”, detalla.
SALAS
La primera sala se llamará “Pueblos, lenguas y territorio”, será una introducción a los 68 pueblos indígenas que existen en el país y en los que se incluirá a la cultura afrodescendiente.
“Queremos que los visitantes miren a los pueblos indígenas no como pueblos aislados ni como pueblos únicos ni como remanentes del periodo prehispánico, sino como pueblos dinámicos con procesos culturales de todas latitudes que han sido adaptados y reelaborados”, indica el antropólogo.
Para Gómez Martínez, los pueblos indígenas no han sido aislados ni quietos, saben pendular entre la tradición, la modernidad y la mundialización de su cultura.
La segunda sala de la nueva museografía será “Comida y economías regionales”, donde se explicará el sistema alimentario y su relación con las redes de abasto de México que correlaciona territorios. En la siguiente sala, “Imaginarios sociales de identidad”, se plasmará la mirada de los pueblos indígenas sobre sí mismos, cómo los han mirado otros y cómo miran ellos a otros pueblos.
“Ahí incorporaremos lo que no había existido antes: el periodo colonial. Anteriormente la museografía, del periodo prehispánico se brincaba a la actualidad, ahora se incluirán los procesos culturales durante la colonia, qué pasó con los pueblos indígenas, cómo se miraron, cómo se representaron”, indica.
La cuarta sala versará sobre fiestas y rituales, abordando temas como la religión, creencias, la visión del mundo y las celebraciones festivas de los pueblos. La última sala estará dedicada a los textiles como producción intelectual.
“Los textiles serán el pretexto para ligar varios ejes temáticos, entre ellos, las relaciones culturales que los indígenas tuvieron desde el periodo prehispánico, pasando por el colonial y las grandes relaciones actuales con todos los continentes, de cómo esto incidió hacia el vestido indígena y al imaginario de la decoración de textiles en cuanto a materiales y técnicas”, detalla.
¿Qué piezas se mostrarán por primera vez?
Artesanos indígenas trabajan en la réplica del Huipil de la Malinche, del siglo XVIII, destacaremos esta pieza que sirvió como parteaguas para hablar del papel de los indígenas en la conquista.
Además, tiene un valor testimonial por la tecnología indígena que se encuentra en la obra, parte del conocimiento indígena está ahí, pero tiene elementos del periodo colonial como uso de lana, seda, representaciones de águilas bicéfalas que son símbolos que se introdujeron como símbolos de poder.
Otra pieza será un mantón de Manila de origen chino del siglo XVIII que tiene relación con la iconografía contemporánea de la ropa que se usa en el Pacífico, entre los zapotecas del Istmo de Tehuantepec y los nahuas de Guerrero.
“En la parte del territorio vamos a tener códices indígenas que narran los lindes de tierras y litigios de tierras, como es el Códice Zacatitla, del siglo XVIII, que proviene de la Huasteca, además de copias de lienzos de Oaxaca y del centro de México”, agrega el experto.
En la sala de fiestas habrá representaciones de dioses que son muestra de continuidad del México antiguo. “Por ejemplo, una urna funeraria mixe del periodo del contacto y una serie de teponaztles contemporáneos de origen otomí, de la Sierra de Puebla y del matlatzinca-tlahuica”.
El objetivo es inaugurar nueva museografía en 2024
Se prevé que entre septiembre y octubre de este año concluya la renovación de, al menos, dos salas etnográficas. La meta es que en 2024 se pueda inaugurar la nueva museografía de todas las salas.
Entre las novedades, comentó el antropólogo, se incorporará por primera vez obra plástica indígena y se a priorizarán las autodenominaciones indígenas de la cultura, así como sus lenguas ya que todos los objetos estarán nombrados en su lengua materna, seguido por su término en español.