El Maestro Carlos Reinoso es una leyenda del América y del futbol mexicano, siendo considerado uno de los mejores extranjeros que han llegado al país, pero su carrera no siempre fue color de rosa.
Aunque en sus inicios el mismo Reinoso reconoce que no quería llegar a México y al América, pues tenías algunas ofertas de Europa y soñaba con militar en el Viejo Continente, al final de enamoró del club y es uno de sus seguidores más fieles.
En una entrevista con el Burro Van Rankin, Reinoso reconoció que al final de su carrera cometió muchos errores y uno de ellos fue que se convirtió en un adicto a la cocaína «me metía 20 pases».
«El mayor triunfo de mi vida es haber salido de las drogas, me recuperé hace más de 30 años y no fue fácil, me costó un mundo. Me acerqué a Dios, mi hija Paola me ayudó muchísimo, el acercamiento de mis hijos me ayudó a salir adelante», relató.
Reinoso reconoce que siempre llevaba droga
El Maestro reconoció en la entrevista que en una ocasión iban a una parroquia cristiana y que él se seguía drogando, pues llevaba en sus pantalones unas bolsitas con coca.
«Un día fuimos a Amistad Cristiana y yo iba con la droga en los bolsillos, escuchando la predicación del pastor, sentía que yo ya había cometido todos los pecados. En ese momento solté a llorar, volví a casa y en el baño tiré la droga al escusado», manifestó.
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La leyenda del América también reconoció que recayó en las drogas mientras estaba en Toros Neza, pues en ese momento conoció a una de sus hijas y él no sabía cómo contarle a su mujer.
«Tuve una recaída en Toros Neza y quien me ayudó mucho fue Juan Antonio Hernández. Recaí porque apareció en mi vida mi hija Jessika cuando tenía 18 años y yo no sabía cómo decirle a mi mujer. En ese momento recaía y fue el señor Hernández quien un día se acercó a decirme: ‘Quiero que vayas a Oceánica’ y yo no sabía cómo se había dado cuenta. Esa misma noche me interné, estuve un mes y a partir de entonces no volví a consumir», relató «El Maestro».