¿Cómo serán los humanos del futuro? Responder a esta pregunta no es sencillo y tampoco son pocas las personas que se han interesado por el tema y han dado explicaciones que el devenir de los tiempos dirá si se ajustaban a la realidad o no.
Sobre la evolución humana existe una filosofía llamada transhumanismo que se basa en la creencia de que la naturaleza humana está evolucionando con el tiempo no solo debido a la evolución natural de Darwin, sino también por el impacto de los movimientos sociales y las innovaciones técnicas que se van produciendo. La filosofía ha sido moldeada por muchos precursores históricos, por ejemplo, la famosa idea de Nietzsche de que el ser humano es una simple cuerda atada entre el animal y el posthumano o Übermensch o las reflexiones de Fedorov sobre la posibilidad de la inmortalidad.
En un estudio publicado en 2019 en Balkan Journal of Philosophy, su autor defiende que, desde una perspectiva tecnológica actual, en un futuro no muy lejano los humanos podrán elegir su propia forma de evolucionar, “actualizándose” con dispositivos electrónicos u orgánicos que modificarán, mejorarán o simplemente introducirán nuevas formas de sensación y experiencia a su ser.
Ray Kurzweil, exingeniero de Google, experto en inteligencia artificial y conocido por haber anunciado hace unos años que en 2030 los seres humanos podremos ser inmortales, defiende en el libro Alan Turing: Life and Legacy of a Great Thinker que el análisis de la historia de la tecnología muestra que el cambio tecnológico es exponencial, contrario a la visión “lineal intuitiva” del sentido común. Según esta premisa, no experimentaremos 100 años de progreso en el siglo XXI, sino que al ritmo actual serán más bien 20 000.
“Dentro de unas pocas décadas, la inteligencia de las máquinas superará a la inteligencia humana”, dice Kurzweil. A lo que añade: “Las implicaciones incluyen la fusión de inteligencia biológica y no biológica, humanos inmortales basados en software y niveles ultraaltos de inteligencia que se expanden hacia el universo a la velocidad de la luz”.
¿Y qué dice la inteligencia artificial sobre la humanidad del futuro? ChatGPT presenta algunas posibles visiones, aunque subraya que se trata de conjeturas y que la realidad será el resultado de una serie de factores y decisiones. Así se imagina la IA a los humanos del futuro.
Humanidad avanzada tecnológicamente. En una visión optimista, la humanidad podría seguir avanzando en tecnología, ciencia y medicina, lo que nos permitiría vivir más tiempo y con una mayor calidad de vida. Los avances en la inteligencia artificial, la energía renovable y la exploración espacial podrían llevar a una civilización más avanzada tecnológicamente.
Sociedad sostenible y ecológica. La humanidad podría centrarse en soluciones sostenibles para abordar el cambio climático y la conservación del medio ambiente. Esto podría conducir a una sociedad más consciente de la ecología, con una menor huella de carbono y una mayor armonía con la naturaleza.
Diversidad cultural e inclusión. En un mundo cada vez más conectado, podríamos ver una mayor diversidad cultural y un enfoque en la inclusión y la igualdad de las personas. Las sociedades podrían volverse más tolerantes y acogedoras hacia las diferencias individuales.
Énfasis en la educación y el conocimiento. La inversión en educación y el acceso a la información podrían dar como resultado sociedades más educadas y conscientes, lo que podría impulsar la innovación y el progreso en todas las áreas.
Desafíos éticos y morales. Con avances tecnológicos como la inteligencia artificial y la edición genética, la humanidad podría enfrentar desafíos éticos y morales significativos sobre cómo utilizar estas tecnologías de manera responsable y equitativa.
Cooperación global. La resolución de problemas globales, como las pandemias, el hambre y la pobreza, podría requerir una mayor cooperación y colaboración entre países y culturas.
Exploración espacial y colonización. La exploración espacial podría llevar a la colonización de otros planetas o a la construcción de estaciones espaciales habitables, lo que cambiaría muy mucho nuestra relación con el cosmos.
Identidad y conciencia global. La identidad humana podría evolucionar para incluir una mayor conciencia global, en la que las personas se vean a sí mismas como ciudadanos del mundo y trabajen juntas para abordar problemas globales.