El Banco de México (BdeM) ajustó al alza sus previsiones para la inflación general y subyacente de 2022, al advertir que los efectos de choques sobre los precios podrían tener una duración mayor a la estimada o incluso agudizarse.
La autoridad prevé que la inflación general alcance 8.1 por ciento en el cuatro trimestre de 2022 y la subyacente 7.6, desde la estimación previa de 6.4 para la primera y 5.9 para la segunda, según reveló este miércoles en la presentación de su informe trimestral abril-junio.
Para el cierre del próximo año, la estimación de inflación se mantuvo en 3.2 por ciento.
«Dado el entorno de elevada incertidumbre, no puede descartarse la posibilidad de que los efectos de los choques sobre la inflación tengan una duración mayor a la estimada, de que se agudicen o de que ocurran nuevos choques que la presionen al alza», sostuvo BdeM en su informe.
A principios de agosto, la autoridad monetaria aumentó, por décima vez consecutiva, su tasa referencial a un máximo histórico de 8.5 por ciento, en un nuevo intento por enfriar la inflación, que ha tocado máximos de más de 20 años.
En medio de un empeoramiento de las expectativas de inflación y un panorama incierto para el crecimiento económico, BdeM insistió en que, en las siguientes decisiones, valorará la magnitud de los ajustes al alza en la tasa de referencia de acuerdo con las circunstancias prevalecientes.
A pesar del menor dinamismo económico esperado para el segundo semestre del año, la expectativa para 2022 se mantiene sin cambios respecto del informe previo, apuntó BdeM, como resultado de un crecimiento de la economía mayor al anticipado en el segundo trimestre.
Sin embargo, la autoridad monetaria redujo drásticamente su estimación de crecimiento del PIB para 2023 a 1.6 por ciento desde 2.4 previo. «La revisión para 2023 refleja el escenario más adverso que se espera que la economía mexicana enfrente para su crecimiento», dijo el banco central en su informe.