Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, aligeraron las tensiones entre sus gobiernos en un primer encuentro cara a cara, en el que predominaron las coincidencias, tensiones previas y temas sobre seguridad global.
En una reunión que quedó marcada por un estrecho saludo de mano que acaparó los reflectores en Bali, Indonesia, previo al encuentro del G-20, el estadounidense resaltó la oportunidad de establecer prioridades en común entre sí, como reforzar lazos comerciales y la cooperación mundial, al resaltar el compromiso de que “la competencia entre nuestros países nunca se convierta en un conflicto”, sector en el que, dijeron, siempre debe prevalecer la diplomacia.
Luego del diálogo que se extendió por más de tres horas, el líder demócrata puntualizó que no hay riesgos de llevar sus diferencias a una nueva Guerra Fría, en referencia a las tensiones, pues insistió que es posible encontrar la manera de trabajar en conjunto en temas que afectan a la comunidad internacional, al enlistar como principales desafíos la guerra rusa en Ucrania, las tensiones provocadas por Norcorea y la situación en Taiwán, mismos en los que tiene posturas contrarias a las de Beijing.
«(Beijing) traza la senda adecuada para la relación entre China y Estados Unidos (…) para un intercambio de opinión franco…»
Xi Jinping, Presidente de China
También explicó que pueden jugar un papel crucial en el cambio climático, que se debate actualmente en la COP27, y la seguridad alimentaria, golpeada por la parálisis de suministros en Ucrania.
El demócrata detalló que como líderes pueden ser ejemplo o incidir en estos mismos asuntos. Incluso, tras la
reunión, se dijo convencido de que ambos comprendieron las decisiones del otro y aseveró que los dos fueron “sinceros y claros”, pues hablaron de manera directa, de acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, al hablar de temas como seguridad global, control de armas nucleares y conflictos mundiales.
En tanto, fuentes del gobierno chino revelaron que Jinping —quien recientemente amarró un tercer mandato consecutivo— consideró un avance esta reunión al señalar que con ello se muestra que pueden trabajar en la dirección correcta.
Aunque todo se mantuvo en buenos términos, ambos mandatarios aprovecharon el encuentro bilateral para establecer lo que ellos mismos han calificado como “líneas rojas”.
«Competitividad no debe nunca rebasar los límites ni llevar a las partes (gobiernos) a un conflicto…»
Joe Biden, Presidente de EU
Entre éstas destaca la situación en Taiwán y los derechos humanos en regiones como Hong Kong, pues mientras el estadounidense pugnó por respetar a la isla, a la que reiteró su apoyo ante un intento de China de recuperar ese territorio y recalcó que su postura para mantener la paz no ha cambiado, el líder del régimen oriental exhortó a su homólogo a no respaldar una eventual independencia de esa isla.
Incluso, el mandatario comunista insistió que ésa es una de las líneas rojas que hay entre los gobiernos, de acuerdo con fuentes asiáticas, y que cada sector tiene su propia visión en torno a lo que es la democracia, pues reconoció que la de EU no se asemeja a la oriental, y no harán cambiar de parecer al rival.
Sin embargo, pese a este ligero cruce, el mandatario que ya visitó Camboya e Indonesia en un par de días añadió que no hay indicios de que esa potencia intente invadir Taiwán, región en la que aumentaron los ensayos militares aéreos y marítimos ante advertencias chinas por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EU, Nancy Pelosi, lo que va en contra de la política oriental de “una sola China”.
Y la respuesta más directa de parte de Beijing a Washington fue un llamado a evitar politizar temas de interés mutuo, como la economía, el comercio y el intercambio tecnológico, lo que recuerda las medidas que la gestión de Donald Trump impuso contra su mayor competidor. Pero también se reportó, según agencias orientales, que Xi se mostró abierto a trazar una mejor relación con Estados Unidos, siempre y cuando se garantice un “intercambio franco y profundo”.
Asimismo, los dos mandatarios resaltaron que una de sus fortalezas es fomentar la colaboración mundial, pues pueden sentar las bases en temas de gran relevancia como evitar conflictos en otras latitudes. Entre éstos destacan Rusia y Norcorea, regímenes a los que el mundo busca disuadir de mantener sus ofensivas contra Ucrania y pruebas balísticas en aguas cercanas a Corea del Sur y Japón, respectivamente, para reducir el clima de tensión, hecho ante el que China tendría más injerencia.
Incluso, Biden dijo que en este último caso reafirmaron la idea mutua de que la amenaza de armas nucleares “es totalmente inaceptable”, lo que también se vincularía con el Kremlin, pues el gobierno de Vladimir Putin ha amagado en varias ocasiones con usar este armamento si escala la guerra.
Tras el encuentro, Biden reconoció el interés de estrechar este contacto con la potencia a la que ve como principal competencia, por sus capacidades, y solicitó al secretario de Estado, Antony Blinken, fijar una reunión entre su oficina y la de Xi Jinping para dar seguimiento a los temas en los que avanzaron ayer.