Cambio climático reta a la construcción y al funcionamiento de los trenes

Los recientes proyectos ferroviarios inaugurados durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, como el Tren del Istmo y el Tren Maya, han enfrentado múltiples interrupciones debido a condiciones climáticas adversas, especialmente huracanes y lluvias intensas.

Desde el 21 de octubre, el Tren del Istmo ha suspendido sus operaciones por inundaciones en la región. Según el Instituto Mexicano del Transporte, el cambio climático ha incrementado los incidentes, destacando deslaves e inundaciones como los problemas más comunes.

En los últimos meses, los dos proyectos ferroviarios inaugurados durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el Transístmico y el Maya, han  tenido que detener en más de tres ocasiones su funcionamiento ante el impacto de huracanes en las zonas costeras de Oaxaca o de la Península de Yucatán.

“El Ferrocarril del Istmo les informa que derivado del temporal de lluvias intensas que se han presentado en los estados de Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Chiapas y con la finalidad de velar en todo momento por la seguridad e integridad de nuestros clientes, se suspende el servicio del tren de pasajeros hasta nuevo aviso”, señala el mensaje a los pasajeros del tren.

Los casos de percances, accidentes e incidentes derivados del cambio climático se han agravado en la industria ferroviaria.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) el aumento de la temperatura en el planeta plantea al menos cuatro situaciones en los que los trenes se ven afectados: deformación de las vías por altas temperaturas y afectaciones a los rieles por bajas temperaturas, impactos por precipitación intensa y sequías.

“Las precipitaciones intensas pueden provocar inundaciones en la infraestructura ferroviaria, ya que el agua de la precipitación, los escombros y el barro pueden bloquear las vías y dañar los diversos elementos, principalmente en tramos que están construidos en zonas con taludes de cortes/laderas o túneles a un nivel inferior”, explica el IMT.

La Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) clasifica los incidentes de acuerdo a su naturaleza y, en los últimos seis años, los investigadores del IMT han hallado que hay registros de al menos 344 incidentes relacionados con impactos climáticos y geotécnicos.

Entre  2016 y el tercer trimestre de 2022, se encontró que el incidente más común relacionado con el clima y el aumento de este en las vías de trenes fue el deslave, con poco más de la mitad de casos registrados.

Los incendios y las inundaciones representan cerca del 50 por ciento de los incidentes reportados en la operación ferroviaria y que están ligados a fenómenos naturales cada vez más fuertes y frecuentes.

“México se encuentra expuesto a amenazas climáticas, particularmente aquellas del tipo hidrometeorológico, integrado por ciclones tropicales o huracanes, lluvias y precipitaciones intensas”, indican Luz Gradilla, Juan Mendoza y José Aburto, investigadores del IMT.

Las zonas de riesgo y los nuevos trenes

La presidenta Claudia Sheinbuam busca aumentar la red ferroviaria en al menos 3 mil kilómetros en el país, conectando a la CDMX con diferentes puntos fronterizos en el norte, así como ciudades del Bajío para ensamblar la red de ferrocarriles de pasajeros que irán desde el sur-sureste con el Tren Maya, el del Istmo hasta el norte, en Nuevo Laredo, pasando por Querétaro, Hidalgo, y desviándose hacia Guadalajara para subir hasta Nogales.

Ante el cambio climático y la construcción de nuevos ferrocarriles de pasajeros, el IMT elaboró un mapa en el que conjuntó los riesgos de diversos fenómenos meteorológicos y su concordancia con las vías férreas.

Los tramos ferroviarios que se encuentran en niveles de exposición alto y muy alto a ciclones tropicales se encuentran principalmente en Sinaloa, Campeche y Yucatán, y los que conectan al Puerto de Manzanillo y de Lázaro Cárdenas, detallan investigadores. En tanto, Campeche, Veracruz y Tamaulipas son las tres entidades en donde se ha identificado un alto índice de riesgo por inundaciones.

“Se estima que la zona del Golfo de México será susceptible a inundaciones por el aumento del nivel del mar”, agrega el IMT.

Los obstáculos ambientales no solo provendrán de la abundancia de agua, sino también de su ausencia y el cambio en la precipitación en el norte del país.