“Aquí la única que manda soy yo, Violeta Barrios de Chamorro”. Con esta frase se defendía en 1990 en una entrevista con EL PAÍS la entonces recién electa presidenta nicaragüense tras derrotar al exguerrillero sandinista Daniel Ortega. La primera jefa de Estado elegida en las urnas en América quería despejar las suspicacias de quienes no podían creer que una mujer pudiera dirigir un país, al menos no sin un hombre detrás. “Ya sé que dicen que soy completamente analfabeta, pero no me importa, por un oído me entra y por el otro me sale; yo mando en la UNO [Unión Nacional Opositora], y nadie me dice lo que tengo que hacer. Todo lo que se diga sobre si manda éste o el otro es una tontería. A mis ministros los nombraré yo”, insistía.
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