Las ideas y el talante intelectual del nobel portugués de Literatura José Saramago mantienen una capacidad vigorosa de interpelación e interlocución con nuestro tiempo, hasta el punto de que su novela inconclusa, «Alabardas, alabardas», puede dialogar con la «abominable» guerra de Ucrania.
El biógrafo literario del escritor (1922-2010), Fernando Gómez Aguilera, acaba de publicar el libro «José Saramago. El pájaro que pía posado en el rinoceronte», cuya aparición se enmarca en los actos conmemorativos del centenario de su nacimiento.
En una entrevista con Efe, explica que, del estudio de la obra literaria de Saramago, se deduce que «sus ideas y su talante intelectual mantienen una vigorosa capacidad de interpelación e interlocución con nuestro tiempo».
En este sentido, cita el caso de la novela «Alabardas, alabardas…», inacabada. En su opinión, «dialoga con la abominable guerra en Ucrania, promovida por Rusia, y la reacción armamentística en curso». Además, cobra actualidad, «más que nunca, su idea fuerte de no reconocer ninguna prioridad por encima del ser humano».
Gómez Aguilera alude a la capacidad de Saramago como intelectual y narrador de «alertar sobre las desviaciones del sistema y ponerlo en cuestión».
A su juicio, esto ocurre tanto en su literatura como en su activismo público como ciudadano e intelectual comprometido con su tiempo, que «desplegó una vigilancia crítica muy dinámica, característica de su personalidad, alejada de la indiferencia y el aislamiento estético».
UN ESTILO DIFERENTE
Aguilera, que es patrono de la Fundación José Saramago, fue amigo cercano del nobel y es uno de los mayores estudiosos de su obra, sobre la que publicó anteriormente los libros «José Saramago en sus palabras» (2010) y «José Saramago. La consistencia de los sueños» (2008 y 2010, edición ampliada).
Este nuevo libro, con prólogo de Pilar del Río, su viuda y presidenta de la Fundación Saramago, ha sido publicado por Editorial La Umbría y la Solana, de Madrid. Recoge estudios literarios dedicados a la mayoría de las obras de Saramago escritas en la isla española de Lanzarote (donde vivía y murió) a partir de 1992, cuando estableció su residencia allí acompañado de su esposa.
Según Gómez Aguilera, los libros tratados fueron publicados durante su período de residencia en Lanzarote o aparecieron con posterioridad a su muerte, es decir, en el periodo comprendido entre 1992 y 2010.
Fue esa una etapa de la vida de Saramago «en la que imprime un signo diferente a su estilo, influido quizás por el paisaje de Lanzarote y por la nueva temática que aborda, ligada a los conflictos del ser humano contemporáneo y al análisis de la realidad».
El autor incide en que eso significa analizar «la deshumanización motivada por el capitalismo, las violencias, la irracionalidad, la crisis de la democracia, el amor, la identidad personal, las sombras arrojadas por la sociedad del mercado y el consumo».
Pero el escritor portugués también reflexiona sobre el mal, sobre las desviaciones de nuestro tiempo. «Y lo resume en una pregunta sustantiva: ¿Qué es esto de ser humano?»
Gómez Aguilera da a conocer un cuerpo de producción del literato desconocido, que denomina «periodo arqueológico», que alude a cuentos, novelas incompletas, obras de teatro, poemas y anotaciones que fueron escritos por Saramago entre mediados de los años cuarenta y mediados de los cincuenta del pasado siglo, «cuando se empleaba a fondo en ser escritor, sin mucho éxito», concluye.