Con Trump, no hay forma de ‘salir ileso’

Entre la tarde del lunes y el martes se registró un episodio de marcada depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense hasta ser la divisa de mercados emergentes con mayores pérdidas.

La moneda nacional presentó una depreciación de hasta 2.5 por ciento provocada por la amenaza arancelaria del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a China, México y Canadá.

En publicaciones en la red social Truth, Trump advirtió que, desde el día uno de su administración, el 20 de enero, impondrá aranceles adicionales del 10 por ciento a los bienes procedentes de China y del 25 por ciento a todos los productos de México y Canadá.

Desde su victoria electoral el 5 de noviembre, esta es su primera amenaza específica para frenar los flujos de migrantes y drogas ilegales como el fentanilo que llegan a EU a través de las fronteras.

“Las drogas están entrando en nuestro país, principalmente a través de México, a niveles nunca vistos”, escribió el magnate de Nueva York al acusar a China de no cumplir sus promesas de instituir la pena de muerte para los traficantes de fentanilo.

“¡Este arancel permanecerá vigente hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los extranjeros ilegales detengan esta invasión a nuestro país!”, amagó en Truth Social.

Desde que Trump lanzó su desafío el lunes, el tipo de cambio operó en un rango de entre 20.30 y 20.83 pesos por dólar, máximo desde mediados de julio de 2022, según el seguimiento de Bloomberg.

La depreciación del peso refleja la preocupación por las implicaciones económicas de las agresivas medidas arancelarias en la región, señaladamente en la relación entre México y EU.

No obstante, la cotización del peso frente al dólar acumula una depreciación de 21.9 por ciento en lo que va del año asociada a un menor apetito por riesgo, provocado por factores internos y externos.

En 2023 y más aún este año, México se consolidó como el principal socio comercial de EU y se posicionó como la economía con las más altas exportaciones al mercado estadounidense.

El año pasado, los envíos de mercancías mexicanas a EU rebasaron los 475 mil millones de dólares y al cierre de septiembre de 2024 superan los 378 mil millones de dólares.

Un arancel de 25 por ciento a todos los productos procedentes de México habría implicado pagar en tarifas más de 118 mil millones de dólares en 2023 y cerca de 95 mil millones entre enero y septiembre de este año.

Entre China, México y Canadá, la economía mexicana parece la más vulnerable ante los planes arancelarios del próximo presidente de EU.

Sin espacio fiscal para amortiguar el golpe, el resultado sería un menor crecimiento económico de México, que obviamente ‘no saldría ileso’ frente a un arancel de 25 por ciento sobre la totalidad de sus exportaciones a EU.

Con independencia de que México podría responder a Trump imponiendo sus propios aranceles a EU, como lo sugirió ayer la presidenta Claudia Sheinbaum, ni lejanamente se podría alcanzar un crecimiento de entre 2 y 3 por ciento en 2025, como se proyecta en el Paquete Económico que está por aprobar el Congreso.

El país podría resentir los efectos económicos de una menor demanda externa.

En términos comerciales, un escenario de ‘guerra arancelaria’, que dicho sea de paso, nadie ganaría en Norteamérica, representaría violaciones flagrantes al T-MEC que pondrían en entredicho su revisión por parte de México, EU y Canadá en julio de 2026 al cumplirse seis años de su entrada en vigor.

Las agresivas medidas arancelarias de Trump, que se darían ante su advertencia de que México debe frenar los flujos de migrantes y drogas ilegales, anticipan una elevada incertidumbre sobre el futuro de la relación comercial bilateral, lo que puede provocar una mayor depreciación cambiaria y retrasos en la inversión nacional y extranjera en el país.

Está latente el riesgo de que tengan lugar nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros asociados con la amenaza de la imposición de aranceles a las importaciones de productos mexicanos, así como con las revisiones a la perspectiva de la calificación de la deuda soberana de México parte de algunas agencias calificadoras, como ya lo hicieron Moody’s y HR Ratings.