Ante las protestas por los constantes apagones en Cuba, el régimen revolucionario cortó a su ministro de Energía y Minas, Liván Arronte, como responsable de los apagones, y al director de la Unión Eléctrica de la nación (UNE), Jorge Armando Cepero, sin lograr un cambio inmediato.
Sin una razón del ajuste, el presidente Miguel Díaz-Canel movió sus fichas ante la crisis energética, principalmente por la falta de combustible tras daños en sus instalaciones, misma que se agravó tras el paso del huracán Ian, a finales del mes pasado, que arrancó parte del cableado en la nación del Caribe.
Y, aunque aliados destacaron cambios en la materia, el gobierno no adelantó una nueva estrategia para garantizar el suministro eléctrico para la población.
En tanto, miles de ciudadanos permanecen a oscuras y aumentan los reclamos, pues la falta de suministro debido a los apagones programados provoca que pierdan la poca comida que pueden adquirir, principalmente en la zona centro y occidental.
Dichas acciones se han repetido varias veces desde el impacto del ciclón, por lo que los cacerolazos persisten, actos que el régimen trató de calmar con advertencias de que investigarán a los que participen en actos vandálicos y desorden público.
Tras la confirmación de medios afines al régimen, se reportó que en sustitución de Arronte fue nombrado Vicente de la O, mientras que la UNE quedará a cargo de Alfredo López Valdés.
Destaca que ambos ya ocuparon el principal cargo en la Unión Eléctrica, mientras que el segundo también fue parte del gabinete revolucionario.