El peor año del empleo formal desde 2009

En septiembre pasado, último mes del gobierno del expresidente López Obrador, se registró la creación de empleo ante el IMSS de 91 mil plazas formales, lo que, según estadísticas del Instituto, representa el menor número de altas para un noveno mes de año desde 2009, año de la gran recesión mundial.

Si bien se ligaron tres meses con generación de puestos de trabajo con prestaciones de ley, pues entre julio y septiembre se reportaron 161 mil altas ante el IMSS, esta creación de empleos formales es la menor para un tercer trimestre desde 2013.

Con datos acumulados, entre enero y septiembre de 2024 se generaron 456 mil posiciones laborales, lo que representa la peor cifra para ese periodo de nueve meses también desde 2009, quitando la fuerte caída de 2020 con la pandemia.

Dicho incremento se explicó, totalmente, por las plazas permanentes, que crecieron en 459 mil, pues las eventuales perdieron 3 mil puestos.

Cabe recordar que en diciembre de 2023 se dieron de baja 385 mil plazas, que recuperarlas al 100 por ciento tomó nueve meses del presente año, seis más de los pronosticados por expertos.

Con base en la cifra de asegurados permanentes y eventuales en el IMSS al cierre de septiembre de 2024, que alcanzó un máximo histórico de 22 millones 481 mil, en los últimos 12 meses se reportó la creación de 351 mil empleos formales.

Esto es cerca de la mitad de los 720 mil puestos generados de septiembre de 2022 al mismo mes de 2023.

Además, el crecimiento del empleo formal afiliado al IMSS en septiembre arroja una tasa anual de 1.6 por ciento, la más baja desde abril de 2021.

La entidad en la que más crecieron los empleos formales fue Chiapas, con un 6.8 por ciento por arriba de los registros de septiembre de 2023. En el extremo opuesto está Tabasco, con una caída de 11.2 por ciento en igual periodo.

La Ciudad de México, con un incremento de 1.4 por ciento anual, está por debajo del promedio nacional.

Claramente hay una rápida desaceleración en la tendencia de crecimiento de los empleos formales en el país.

El menor ritmo de incorporaciones al mercado de trabajo es resultado de una economía que este año está creciendo menos y, por tanto, demanda una menor cantidad de nuevos empleos.

La incertidumbre asociada con la aprobación de la reforma constitucional al Poder Judicial, que ocurrió en septiembre, pudo afectar las perspectivas para las contrataciones de personal con efectos en el mercado laboral.

En los 70 meses de la administración que encabezó AMLO se dieron de alta poco más de dos millones de empleos formales, lo que equivale a una tasa de 9.9 por ciento.

Además, la cifra acumulada en su gobierno arroja una generación de casi 29 mil puestos de trabajo en promedio mensual.

Sólo como referencia, en igual periodo de 70 meses del sexenio de Peña Nieto, entre diciembre de 2012 y septiembre de 2018, se alcanzó la creación de 3 millones 890 mil plazas, lo que da como resultado un promedio de 55 mil empleos mensuales.

Podrá decirse que el gobierno federal no genera puestos de trabajo en el mercado laboral, lo cual es correcto, pero sí es responsable de impulsar el crecimiento económico y el empleo formal.

La generación de empleo formal depende de varios factores, entre los que destacan un crecimiento sostenido de la economía a partir de la estabilidad macroeconómica, así como un marco legal que favorezca tener una proporción más alta de empleo en la formalidad.

Según los indicadores de ocupación y empleo publicados la semana pasada por el INEGI, mientras la informalidad laboral en el país abarca a 32 millones 420 mil personas y representa 54.3 por ciento de la población ocupada, el número de personas en la formalidad es de 27 millones 281 mil, que equivalen a una tasa de 45.7 por ciento.

Este año no ha habido un incremento importante en la generación de empleos formales ni un descenso significativo en la informalidad laboral.

Sin los factores mencionados antes y sin beneficios e incentivos, como prestaciones de ley, incluida la seguridad social, será muy complicado asegurar la permanencia en la formalidad de los entrantes de cada año al mercado laboral.