Las cartas que escribió Frida Kahlo (1907-1954) a amigos y a amores como Alejandro Gómez Arias, su novio de la preparatoria; Miguel N. Lira, amigo de su juventud; al pintor Diego Rivera, al médico Leo Eloesser, al músico Carlos Chávez y a su padre, son reeditadas por la UNAM en el libro “Escrituras”, obra escrita por la crítica de arte Raquel Tibol (1923-2015).
“Todas son cartas de Frida, recados, postales y de pronto consigna algunos escritos detrás de algún cuadro. Es una correspondencia que comienza en 1922 y termina en 1954”, expresó Diego García del Gállego, coordinador del Programa Editorial de la Dirección General de Divulgación de las Humanidades.
Los herederos de Raquel Tibol se acercaron a la UNAM para lanzar este libro en la Colección Cátedra Universitaria, mismo que anteriormente fue publicado por la editorial Lumen. “Es la quinta edición y nosotros hicimos una revisión con los herederos sobre la transcripción de las cartas que realizó Tibol”, dijo Del Gállego.
-¿Conoce cómo trabajó Tibol?
Algunas cartas las sacó del libro de la biografía de Hayden Herrera y otras sí tuvo los originales y las transcribió. Se dedicó a visitar a gente que tuviera cartas, archivos, libros. La primera edición consignaba su lugar de publicación de cada carta, pero eso ya desaparece de esta edición.
“Las notas que nos dejó Raquel Tibol explican el uso de algunos términos de Frida que son rarísimos o muchos juegos populares del habla, y explica quién es cada personaje a quien le escribe”
“Escrituras” contiene un proemio de Tibol donde explica que llegó a Frida Kahlo por encargo de Diego Rivera, además narra cómo conoció a Frida y cómo tuvo la intuición de ir juntando las correspondencias después de leer de Hayden Herrera.
Las cartas de la pintora mexicana fueron escritas en diversos puntos: la Casa Azul de Coyoacán, en San Ángel, Nueva York, París, San Francisco.
En sus últimos años de vida destacan las cartas dirigidas al fotógrafo Nickolas Muray, al médico Samuel Fastlicht, a la actriz Lina Boytler, a Diego Rivera, a Guadalupe Rivera Marín y un recado para el compositor Carlos Chávez.
Sobre este último, Frida le escribió un 29 de abril de 1936: “Hermano, Recibí tu poema, pa’ qué te digo que me dio harto gusto. Tú lo sabes bien. Quisiera poder contestarte en verso, pero esta vez no tengo ni humor, pues imagínate que hace ya dos semanas que estamos Diego y yo en el Hospital Inglés. A mí me volvieron a operar la pata con resultado medio dudoso pues no me quiere quedar bien la pezuña…”
Durante la presentación del libro, el historiador Antonio Saborit resaltó la labor de Tibol.
“¿Y qué hacía Raquel Tibol? Lo que hace una persona obsesionada con su profesión: reunir lo que se publica y guardarlo en un expediente porque el día menos pensado eso se va a transformar en un volumen como es éste. Yo creo que eso es lo primero a señalar, que estamos frente a una auténtica devoción, no en el sentido religioso, sino desde su profesión como crítica e historiadora del arte”, indicó.
Una de las cartas que incluye el libro es donde Kahlo narra los dolores que siente 33 días después del accidente en el tranvía, es una carta fechada el martes 20 de octubre de 1925 dirigida a su novio Alejandro, a quien le cuenta que el doctor Díaz Infante le dijo que “ya nada es de mucho peligro”, sin embargo, ella describe la desviación y fractura del lado derecho de su pelvis, una luxación y su herida “de la cadera hasta en medio de las piernas”.
“Nos revela por fuerza que estos accidentes eran el pan de cada día en la Ciudad de México, al menos desde la incorporación de los tranvías a la vida pública de la de la capital, pero quizá este es el único testimonio de un sobreviviente”, indicó Saborit.
MOMENTOS DE VIDA.
Perla Labarthe Álvarez, coordinadora del Museo Frida Kahlo, expresó que esta compilación de cartas son unas instantáneas. “Son momentos específicos de la vida de Frida, en donde nos va reflejando un sentir, un pensamiento, una reflexión, una emoción, que además están dirigidas específicamente para álbum, no estaban hechas para que nosotros ahorita las estemos escuchando”.
El libro, añadió, “nos va dando instantáneas ordenadas cronológicamente para conocer a Frida, porque creo que la conocemos, a esta persona tan compleja, a esta gran pintora, desde diferentes maneras a partir de cómo nos aproximamos a ella”.