El ejército de Estados Unidos evidenció las “mentiras” rusas en torno al derribo de su dron militar MQ-9 en el mar Negro, agravando la tensión entre estas naciones a causa de la guerra desatada en Ucrania.
Con un video de menos de un minuto de duración, el Comando Europeo de EU desmintió las “maniobras bruscas” del avión no tripulado que justificó Moscú al sostener que lo ocurrido el pasado 14 de marzo fue una agresión directa, gracias al material recuperado vía remota, mismo que se cortó tras la provocación rusa.
Aunque el gobierno de Joe Biden trató inicialmente el caso como una situación accidental, ayer desclasificó y difundió el material ante los riesgos de un posible enfrentamiento entre potencias.
Así confirmó que dos cazas rusos SU-27 asediaron “imprudentemente” su equipo y le lanzaron combustible —según la estela turbia y blanca—, lo que ocasionó su caída al dar directo contra una hélice, pues segundos después se perdió la señal. Hecho que respaldaron el vocero de Seguridad Nacional, John Kirby, al afirmar que el Kremlin ha “estado mintiendo rotundamente”, y el general del Pentágono, Patrick Ryder, quien sostuvo que las “acciones hablan por sí solas”, con el video como máxima evidencia.
Sin embargo, el Kremlin insistió que no hubo contacto y busca recuperar piezas del objeto, mismo que EU calcula que cayó a 1.5 kilómetros de profundidad y a unos 80 kilómetros de Crimea.
Hecho que desafió Moscú al apuntar que van tras el dron en beneficio de sus intereses y de su seguridad, según el vocero Dmitri Peskov, ante lo que el presidente del Estado Mayor Conjunto de EU, Mark Milley, dijo que cuentan con “amigos” para rastrearlo, pero que si no lo consiguen tratarán de inutilizarlo para que el invasor no lo aproveche.
Y la situación sigue en franca alza, pues en EU afirman, citando fuentes del Pentágono, que el régimen ordenó ese derribo, lo que daña, aún más, la relación entre las gestiones de Biden y Vladimir Putin llevándolas a un mayor peligro. Bandera que fomenta el Kremlin al apuntar que se trata de un diferendo entre las dos mayores potencias nucleares, como las amenazas que ha lanzado contra Occidente. Incluso el embajador ruso en EU, Anatoly Antonov, refirió que es claro que una acción similar en aguas internacionales podría ser tomada como una “declaración abierta de guerra”, como si buscaran cualquier pretexto para actuar.
No obstante, líderes rusos insistieron que no hay motivo para escalar la confrontación, pero no se descarta que responda con pruebas propias sobre la supuesta transgresión fronteriza, misma que Washington cuestiona al ser una zona autodeclarada.
Ese antecedente agita el escenario global, pues aliados del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no quitan la mira de reforzar su defensa aérea en medio de la peor batalla de todas en Bajmut, donde los defensores derribaron un caza ruso.
Y horas después de que se confirmara la entrega masiva de tanques Leopard, Polonia dio un paso más al convertirse en el primer país que confirma el envío de aviones de combate.
El presidente Andrzej Duda precisó que en cuestión de días dotarán a la nación vecina de al menos cuatro aviones MiG-19, de diseño soviético, para que Occidente haga lo mismo; sin embargo, EU dijo que tal acción no influye en su estrategia de apoyo a Kiev, pues no prevé enviar los F-16 solicitados por Zelenski, mismos que el líder considera clave al sentir que en estos momentos los suyos están más cerca de una victoria total.
Ven violaciones «brutales»
El régimen ruso cometió numerosos crímenes de guerra en casi 13 meses desde que invadió Ucrania, concluyó una Comisión Especial, que quedó sorprendida por el alcance de la destrucción.
Tras recorrer 50 localidades y recopilar casi 600 testimonios de víctimas, el grupo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) resumió que todo el material documentado evidencia a un régimen con una conducta criminal en un claro “desprecio por la vida de los civiles”.
Entre las violaciones corroboradas destacan ejecuciones sumarias, asesinatos, desapariciones forzadas, deportaciones, principalmente de niños, y tratos inhumanos contra civiles.
Sin especificar cifras totales, pues siguen las batallas encarnizadas y la recuperación de datos, se enlistaron torturas como violación, electrocución con teléfonos militares, estrangulamiento con cables y bolsas, palizas y hasta prisioneros colgados de las manos desde el techo, mismas que según el informe se infligían especialmente contra quienes insisten en hablar ucraniano o se negaban a cantar el himno ruso, aunque la vocera de Exteriores del Kremlin, Maria Zajarova, tachó el informe de “sesgado”.
Además, la ONU verificó las acusaciones de Zelenski de crímenes contra la humanidad tras bombardear sistemáticamente la infraestructura energética desde octubre pasado.