Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de México en “BBB-” con perspectiva estable, debido a la prudencia macroeconómica del país, así como la estabilidad en las finanzas públicas y deuda.
“Esta ratificación de la deuda soberana permitirá continuar con un acceso favorable a los mercados nacionales e internacionales”, dijo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“Con este anuncio, dijo la dependencia federal, cuatro agencias en el año han ratificado la calificación crediticia de México y mantienen una perspectiva estable para el país”.
La agencia señaló que la calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica prudente, finanzas externas estables y sólidas, y se prevé que la deuda pública con respecto a producto interno bruto (PIB) se mantenga estable en niveles por debajo de la mediana de “BBB”.
Fitch comentó que la perspectiva estable está respaldada por finanzas públicas estables y las prioridades que los responsables políticos atribuyen a esta estabilidad macroeconómica y a una estabilidad macroeconómica más amplia, a pesar de los desafíos de las perspectivas de crecimiento económico moderados.
La calificadora indicó que el gobierno de México aún muestra un firme compromiso con los déficits fiscales moderados que mantienen la deuda respeto al PIB estables.
“Fitch no prevé un cambio en la postura de la política fiscal antes de las elecciones presidenciales de 2024”, destacó.
La calificadora estimó que tanto los ingresos como los gastos sean más bajos en comparación con las estimaciones presupuestarias de para este año debido a un contexto macroeconómico desafiante.
“La presión a la baja sobre los ingresos en 2023 ha sido impulsada por los ingresos relacionados con el petróleo, dada la caída del precio del petróleo y la apreciación del peso mexicano”, indicó.
No obstante, comentó que la recaudación de impuestos ha resistido a la situación adversa y la eliminación gradual del estímulo fiscal para mantener los precios estables de la gasolina proporcionará un mayor apoyo a los ingresos fiscales, pese a la presión del gasto público por los los costos de los préstamos, dada la alta inflación y las tasas de interés, así como los mayores costos de los insumos.
Pese a la ratificación, Fitch indicó que la calificación está limitada por los débiles indicadores de gobernanza, el bajo rendimiento del crecimiento a largo plazo, la intervención de la micropolítica que afecta a las perspectivas de inversión.
La calificadora estima que Fitch espera que el gobierno mantenga su apoyo financiero a Petróleos Mexicanos (Pemex), como parte de su prioridad de fortalecer el papel de las empresas estatales en el sector de la energía, lo cual incluye la desgravación fiscal, el servicio de la deuda en nombre de la empresa y la financiación del proyecto de refinería de Olmeca.
“Fitch no espera que el gobierno garantice la deuda de Pemex dada la legislación actual que restringe esto”, acotó.
La agencia estimó que el crecimiento de la economía mexicana para este año sea de 2.5 por ciento, comportamiento que se explica por el fuerte rendimiento del mercado laboral y una mayor recuperación posterior a la pandemia.
Anotó que si bien la demanda externa sigue siendo un motor económico, se espera que la economía se enfrente a los desafíos de la actual desaceleración económica de los Estados Unidos.
Agregó que la relocalización de empresas aún es una importante oportunidad de crecimiento para México, dado el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China y el deseo de los fabricantes de cadenas de suministro más cercanas.