El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró ligeramente su expectativa de crecimiento para la economía mexicana a 1.8 por ciento en este año desde el 1.7 por ciento previsto en enero pasado, pero dejó en 1.6 por ciento su pronóstico para 2024.
Estas nuevas estimaciones del FMI suponen una desaceleración para el Producto Interno Bruto (PIB) de México respecto al avance de 3.1 por ciento registrado en 2022, y también están por debajo de crecimiento de 3.0 por ciento que espera el Gobierno federal para 2023 y 2024, en cada caso.
No obstante, en ambos años, el avance de la actividad económica nacional será superior a la de Estados Unidos y Canadá, sus principales socios comerciales, así como al de Brasil, la mayor economía de América Latina, y de países desarrollados como Alemania, Francia, Italia, Japón, Rusia o Reino Unido, entre otros.
En la actualización de su informe “Perspectivas de la economía mundial”, estimó que la inflación en México cerrará en 6.3 por ciento en 2023 y extenderá su tendencia de desaceleración a 3.9 por ciento el año próximo.
Para la economía mundial, el organismo rebajó su proyección de 2.9 a 2.8 por ciento para este año y de 3.1 a 3.0 por ciento en 2024, tasas menores al crecimiento de 3.4 por ciento registrado el año pasado. En cuanto a las principales economías desarrolladas, el FMI mejoró sus pronósticos para Estados Unidos de 1.4 a 1.6 por ciento en 2023 y de 1.0 a 1.1 por ciento el año próximo, mientras dejó sin cambio sus expectativas para China en 5.2 y 4.5 por ciento, respectivamente.
“La reciente inestabilidad bancaria nos recuerda que la situación sigue siendo frágil. Una vez más, dominan los riesgos a la baja”, agregó el economista en jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en rueda de prensa en Washington, en el marco de las Reuniones de Primavera que lleva a cabo el organismo junto con el Banco Mundial (BM).
Señaló que la inflación es mucho más rígida de lo previsto hace unos meses, se espera ver más señales de disminución de la producción y el empleo y el endurecimiento de la política monetaria de los últimos 12 meses a través del alza en las tasas de interés para combatir la inflación está teniendo sobre el sector financiero.
Alertó que un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras mundiales tendría un impacto dramático en las condiciones crediticias y las finanzas públicas, especialmente en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Esto precipitaría grandes salidas de capital, un aumento repentino de las primas de riesgo por dólar, una apreciación de la carrera hacia la seguridad y una importante caída de la actividad mundial en medio de una menor confianza.
En un escenario a la baja tan severo, el crecimiento mundial podría desacelerarse a 1.0 este año, lo que implica un ingreso per cápita casi estancado, abundó.
“Por lo tanto, estamos entrando en una fase difícil durante la cual el crecimiento económico sigue siendo mediocre según los estándares históricos, los riesgos financieros han aumentado, pero la inflación aún no ha doblado decisivamente la esquina”, subrayó Gourinchas.
Anticipó que la inflación mundial se moderará, aunque más lentamente de lo previsto inicialmente, del 8.7 por ciento el año pasado al 7.0 por ciento en 2023 y al 4.9 por ciento el año próximo.
No exagerar, pide EU
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, afirmó que las perspectivas para la economía mundial son “razonablemente halagüeñas” y rebatió las advertencias del FMI sobre más riesgos asociados a un recrudecimiento de la tensión financiera.
“Yo no exageraría el negativismo sobre la economía mundial.. Creo que las perspectivas son razonablemente auspiciosas”, agregó.
Afirmó que no había visto pruebas que sugirieran una contracción del crédito, aunque era una posibilidad, y que tampoco preveía una desaceleración de la economía, pero que era también una posibilidad.