La cadena Fox, perteneciente al magnate ultraconservador Rupert Murdoch, alcanzó este martes un acuerdo con Dominion Voting Systems para evitar en el último momento un juicio por difamación en el que la compañía de máquinas de votación acusaba a la televisora de difundir falsedades sobre un supuesto fraude en las elecciones estadounidenses de 2020, haciéndose eco de las mentiras del candidato perdedor, Donald trump.
El inesperado acuerdo supondrá el desembolso de 787 millones de dólares por parte de Murdoch para evitar el juicio por sus mentiras, fue anunciado por el juez del tribunal del estado de Delaware encargado del caso, que había seleccionado al jurado y se disponía a escuchar los alegatos iniciales de las dos partes.
Menos de la mitad de la indemnización
Dominion demandó a Fox en marzo de 2021 y le reclamaba una indemnización de 1,600 millones de dólares por asegurar que la empresa de urnas electrónicas había manipulado las elecciones presidenciales en las que se impuso el demócrata Joe Biden sobre el republicano Trump (2017-2021), quien hasta la fecha insiste en que le robaron un segundo mandato y está siendo investigado por hacer uso de su cargo para coaccionar a fiscales electorales de diferentes estados para que le diesen vencedor, y podría incluso enfrentar un juicio por incitar a sus seguidores al asalto del Capitolio.
“La verdad importa. Las mentiras tienen consecuencias“, dijo Justin Nelson, abogado de Dominion, a las puertas de los juzgados tras cerrarse el caso.
Universo alternativo de teorías conspirativas
“Hace más de dos años, un torrente de mentiras arrastró a los empleados electorales de Dominion de todo Estados Unidos a un universo alternativo de teorías conspirativas que causaron graves daños a Dominion y al país”, añadió Nelson, mientras los abogados de Fox esquivaban a los periodistas.
Era un bulo, eso había quedado “claro como el agua”, como ya había dicho en las diligencias preliminares el juez del Tribunal Superior de Delaware que lleva el caso, Eric Davis. La cuestión era si al difundir esas mentiras, Fox actuó con lo que se conoce como “actual malice”, es decir, si propagó las falsedades a sabiendas de que lo eran o, al menos, con desprecio irresponsable sobre si lo eran.
Para proteger la libertad de expresión, ese es el elevado estándar que la doctrina fijada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos exige para castigar por difamación.
Es difícil demostrar que un medio de comunicación ha estado mintiendo de forma dolosa o, cuando menos, culposa, pero el espectáculo de comunicaciones y mensajes internos entre directivos y presentadores de la Fox, incluido el propio Murdoch, pone de manifiesto que ni siquiera ellos se creían esa mentira tantas veces repetida en su emisora.
Murdoch ha preferido pagar una suma multimillonaria a que un jurado declare que Fox engañó a conciencia a sus televidentes. Queda otra demanda por difamación similar abierta, de la empresa Smartmatic, que reclama 2,400 millones de dólares.