Ni tres intentos salvaron al Partido Republicano del fracaso en el día que pretendían imponer su mayoría en la Cámara de Representantes para desafiar al gobierno de Joe Biden, luego de que en igual número de votaciones no lograran elegir a su líder en el arranque de sesiones.
Ante el rechazo de 20 conservadores del ala más dura para impulsar a Kevin McCarthy como presidente y sucesor de la demócrata Nancy Pelosi, el partido de Donald Trump sufrió el peor revés legislativo en la historia de Estados Unidos, pues desde hace 100 años no se repetía un bloqueo similar cuando se alargó el proceso nueve rondas, lo que evidencia la división interna que hay en la fuerza que arrebató el poder a los demócratas al menos en una de las Cámaras en el Congreso 118.
El republicano necesitaba 218 votos —mayoría— para convertirse en el máximo líder y orador del sector, el segundo en la línea presidencial sólo detrás de la vicepresidenta Kamala Harris; no obstante, desde la primera votación 19 congresistas los rechazaron y votaron diferente a los 202 restantes de la bancada, lo que lo alejó del ansiado lugar que asegura “merece”, porque lo ha luchado; incluso fue superado por el líder de la minoría, Hakeem Jeffries, pues aunque los demócratas ven perdido dicho cargo, lograron la unanimidad que el rival desearía.
De acuerdo con Reuters, dicho sector, identificado como Freedom Caucus, no considera a McCarthy como el dirigente idóneo para enfrentar a los demócratas y al presidente, pues descartan que apoye su plan para impulsar investigaciones contra el actual mandatario como en torno a la lucha contra la pandemia, como lo hicieron los demócratas contra Trump, al recordar que recomendaron cargos penales para el magnate por el asalto al Capitolio del 2020. Ademas, les preocupa que no esté a la altura en disputas clave como la rivalidad histórica.
Para salir rápidamente del bache la fuerza opositora a Biden realizó una segunda votación, luego de que el aspirante prometió los consensos para lograr la mayoría necesaria para alzarse como el principal líder, pues sólo puede perder por cuatro sufragios de los 222 republicanos, pero nuevamente salió debilitado al no lograr convertirse en el orador líder. Incluso, sostuvo una reunión a puerta cerrada para conseguir el respaldo faltante, pero sin resultados.
Así llegó un tercer proceso, pero perdió respaldo al contabilizar un sufragio menos, lo que abre la puerta a otros legisladores para asumir el mayor cargo en la Cámara baja, pues aliados reconocieron que se le acaban las oportunidades a quien desde 2015 trató de convertirse en el máximo líder de esta Cámara, evidenciando que no cuenta con el respaldo suficiente, y ya voltean hacia Jim Jordan.
En medio de esta crisis, se decretó un receso y se prevé que hoy, alrededor del mediodía, retomen la sesión para sellar el proceso que catapulte al nuevo dirigente de esta Cámara; de lo contrario se paralizaría al Congreso, pues formalmente no se constituyó este sector ni tomaron protesta los nuevos miembros, en un acto que podría prolongarse hasta semanas.
En contraste, en el Senado la situación fue de abrumadora calma, debido a la continuidad en el liderazgo, pues ahí los demócratas eligieron desde hace meses a Chuck Schumer como su representante, al mantenerse en el cargo, luego de que ratificaron su mayoría tras una segunda vuelta por un asiento, mismo con el que finalmente se quedaron, y ya no necesitan del voto de Kamala Harris, como en el periodo pasado, donde estaban 50-50 en asientos y en los empates ella inclinaba la balanza en favor de los que están en el gobierno.