Los colores alegres, la versatilidad del papel como material artístico y el vitalismo que envuelve la obra de Frida Kahlo se entrelazan en Bruselas para dar lugar a una exposición que recrea el universo íntimo que tenía la pintora en su domicilio de la Casa Azul y, de paso, se convierte también en una oda a las tradiciones y costumbres mexicanas.
«Es un mundo de papel mágico que muestra la riqueza cultural de un país como es México, la riqueza de los textiles, la riqueza de los animales, de las frutas, de las legumbres, de la luz», detalla, en declaraciones a EFE, Silva Reyes, la comisaria de la muestra que estará abierta hasta febrero de 2023 en el Museo de Bellas Artes de la capital belga.
Vestidos mexicanos, perros, pájaros, frutas típicas, ofrendas a los difuntos… Todos los objetos de la exposición, llamada ‘Miradas de Mujeres’, están confeccionados con más de cuatro kilómetros de papel y cartón a manos de la artista bruselense Isabelle de Borchgrave, admiradora y estudiosa de la figura de Kahlo.
«Yo creo que si Isabelle y Frida se hubiesen encontrado alguna vez, sin duda alguna, hubieran sido grandes amigas, porque tienen una pasión por el color, por el papel, por lo tradicional, por lo auténtico. Ese deseo de compartir con la gente alrededor de una mesa. El amor por las plantas, por las flores, por los animales, etc.», explica la comisaria.
Isabelle de Borchgrave y Frida Kahlo dialogan en una exposición que, a juicio de la comisaria Reyes, emula con «respeto» y «fidelidad» la atmósfera del estudio y la residencia de Kahlo en la Casa Azul de Ciudad de México, y elogia la técnica creativa que De Borchgrave emplea con el papel y la pintura acrílica con la que colorea sus confecciones.
«El trabajo de Isabelle es, sin duda alguna, único en el mundo. Hay muchos otros artistas que han hecho accesorios, tacitas o mantelitos en papel. Pero no hay nadie, hasta donde yo sé, que reproduzca o haga algo similar a lo que Isabel hace», asevera.
Convertida en icono mundial y, también, en reclamo comercial, la figura de Kahlo se ha erigido en un emblema del feminismo y del dolor que ella travesó durante buena parte de su vida, marcada por la poliomielitis que sufrió desde la infancia y por el accidente de tráfico que de joven le causó lesiones en la columna vertebral.
Reyes achaca todo esto a la «superexplotación» de la imagen de Kahlo en la actualidad, y al hecho de que, a su juicio, ha habido «un poquito de morbo» por querer asociar su vida con el sufrimiento. Justo lo contrario que pretende hacer esta exposición en Bruselas, que ve la luz tras varios años de trabajo, y que reivindica el carácter animoso de la artista y su obra.
«Frida era, a pesar de todo lo que ella sufrió, una mujer alegre y feliz. Frida todos los días se vestía, se maquillaba y se peinaba como si fuera para una fiesta. Ella nunca dejó de ser mujer femenina ante todo, aunque la gente la conoce como la mujer liberal, la mujer que sufrió al lado de Diego Rivera o la mujer que no podía tener niños y que, sin embargo, seguía para adelante», asegura esta experta en la figura de Kahlo.
Reyes subraya que el día a día de la artista mexicana era una «invitación» a huir del dolor, ya que eso era algo que «traía internamente no solo en su corazón, sino en su cuerpo», y por esta razón explica que Kahlo le otorgaba una gran importancia a la estética y a la vestimenta: «Porque ella se miraba al espejo y veía externamente la belleza, mientras que por dentro sufría», apunta.
La comisaria cree que aún es posible «redefinir» la imagen de la pintora, mediante un proceso en el que serán imprescindibles exposiciones como la que ella supervisa en Bruselas, y que espera poder trasladar a otros países, como España, para acercar a todo el mundo el vitalismo de Kahlo y el color de México.