El ejército de Israel ha anunciado este sábado algo que durante décadas consideraba demasiado osado y peligroso: el asesinato de Hasan Nasralá, máximo líder de Hezbolá durante 32 años. Lo ha hecho 18 horas después de lanzar varias bombas de hasta una tonelada y con capacidad de penetrar búnkeres contra edificios residenciales en Dahiye, al sur de Beirut, bajo los cuales ―según el ejército israelí― se encontraba Nasralá. El partido-milicia libanés aún no se ha pronunciado sobre el estado de su principal dirigente, convertido en su rostro ante el mundo y en la voz de muchos chiíes del país. Solo aclaró, en la noche del viernes, que otro de sus principales líderes y posible sucesor, Hashem Safieddine, está vivo. Oriente Próximo vuelve a entrar en terra incognita, como otras tantas veces desde octubre de 2023.
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