Los vínculos entre el surrealismo europeo y su vertiente mexicana se podrán revisar en la exposición «Sólo lo maravilloso es bello. El surrealismo en diálogo. Museo Boijmans Van Beuningen – México», compuesta por 289 obras de creadores representativos de los movimientos dadaísta y surrealista, la cual se presenta en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
La muestra abrió hoy al público y la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, señaló que los vínculos entre México y los Países Bajos se han extendido a pesar de la pandemia y a pesar de todas las circunstancias que en este momento han rodeado la cooperación internacional.
Para nosotros, afirmó, efectivamente, mantener a México en las rutas internacionales del arte es parte de su condición de existencia, porque México es sinónimo de arte.
La titular del Inbal consideró que esta muestra subraya el aporte de las mujeres a este universo abierto del surrealismo como un elemento central en la construcción de estas nuevas figuraciones del mundo, desde el arte ante el caos y la crueldad, la belleza de la imaginación.
Refirió que las guerras y las pandemias podrán destruirlo todo, menos la imaginación, la capacidad de reintentarlo todo. “Por eso, hoy esta cita con el surrealismo es más que nada, necesaria. Explorar los manifiestos y expresiones del surrealismo generados a partir de las primeras décadas del siglo pasado significa una búsqueda de renovación en todos los planos”.
Al hablar de la imaginación, comentó que si la llamada locura es una manera radical de vivir la imaginación, entonces ésta ha de ser válida para quien la despliega. “Y no será el miedo a la locura lo que nos obliga a dejar volar la imaginación y jugar con ella en todos los lenguajes posibles, en todas las culturas posibles, en todas las visiones posibles. Porque para eso vivimos un mundo de diversidades, un mundo de inclusión”.
Por último, agradeció a los participantes en este importante proyecto, así como al Museo Boijmans Van Beuningen, a la Fundación Jenkins por su apoyo, al Jardín Escultórico Edward James, que efectivamente emerge de las latitudes de película invitándonos a romper cualquier posibilidad de escultura imaginable.
El embajador de los Países Bajos, Wilfred Mohr, compartió la historia del reconocido museo, cómo surgió y la importante colección que posee ahora. Dicen que reúne una maravillosa colección de cuadros, esculturas y objetos. Más de 150 mil piezas. Su colección de grabados y dibujos es uno de los mejores del mundo.
Es un verdadero orgullo para mi país y estamos muy contentos de poder compartir la colección de arte surrealista de México, un país que apreciamos mucho, agregó.
Por su parte, emocionado por estar en el Palacio de Bellas Artes, el director del Museo Boijmans Van Beuningen, Sjarel Ex, señaló que Xilitla, la aldea mexicana del norte, cerca de Las Pozas -San Luis Potosí.-, donde el tío Edward James, en un valle cafetalero, construyó su obra maestra, herencia del mundo, esta combinación de naturaleza y arquitectura, ahora es protegida por la organización privada de Alberto Labastida y su equipo. “Es un gran tesoro para su país”, agregó.
A la ceremonia asistieron Jonatan Pérez Canedo, presidente de Amigos del Museo del Palacio de Bellas Artes; de Alejandra Lerdo de Tejada, directora de Comunicación de la Fundación Jenkins, así como las curadoras de la exposición: Els Hoek y Tere Arcq.
En tanto, el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández Félix, aseguró que después de varios años de intenso trabajo “nos alegra mucho presentar este proyecto expositivo entre Europa y México. El resultado es una oportunidad para disfrutar en un solo sitio de obras icónica del surrealismo”.
El proyecto expositivo recopila exploraciones excepcionales en las ramas de literatura, pintura, escultura, fotografía y cine, con una selección de artistas como Max Ernst, Man Ray, Salvador Dalí, René Magritte, Remedios Varo, Leonora Carrington, Wolfgang Paleen, Alice Rahon, Kati Horna, y creadores mexicanos como Frida Kahlo, Agustín Lazo, María Izquierdo, entre otros.
Se trata de una revisión en torno a los principales temas e ideas afines al movimiento surrealista, así como un diálogo inédito entre el surrealismo europeo y su vertiente mexicana. Se destaca la formación de una comunidad de mujeres surrealistas que nutrieron su interés por el estudio de la arqueología, la antropología y diversas vertientes del ocultismo.
La curaduría está a cargo de Els Hoek, maestra en historia del arte moderno que ha producido y organizado exposiciones desde 1983, y Tere Arcq para la sección mexicana, curadora independiente, reconocida por su trayectoria internacional en proyectos sobre mujeres artistas y el surrealismo en México.
Con piezas de relevancia nacional e internacional a través de una selección del museo de arte en Rotterdam, Países Bajos, complementada con trabajos provenientes de los museos de Arte Moderno (MAM) y Nacional de Arte (Munal) del Inbal; Franz Mayer, Frida Kahlo, Tamayo Arte Contemporáneo, Archivo Manuel Álvarez Bravo, SC; Femsa, Fomento Cultural Citibanamex, AC; las galerías de Arte Mexicano, Enrique Guerrero, Óscar Román y Jesús Drexel; las colecciones Andrés Blaisten y Pérez Simón Gastélum y las fundaciones Televisa y Pedro y Elena Hernández, AC.
El primer núcleo titulado Una revolución surrealista, el cual toma como punto de partida la publicación del manifiesto surrealista de 1924 por André Breton, con el que se buscaba provocar una revolución de la mente, incitar para ir más allá del reino del pensamiento racional y abrirse a las profundidades de la psique humana, con obras de artistas como Salvador Dalí, René Magritte, Leonora Carrington, Rosa Rolanda, entre otros.
En el segundo apartado, Dadá y surrealismo, se expone la influencia del movimiento dadaísta, el cual a pesar de su corta duración tuvo gran impacto en el surrealismo. Los artistas afines encontraron en lo irracional una forma de hacerle frente a la turbulencia bélica que azotaba a Europa y lo tradujeron en expresiones artísticas, valiéndose de diversas técnicas, como la escritura y el dibujo automático, la escultura, el collage, el frottage o el grattage.
La mente ensoñadora es la tercera sección en la que se deja entrever el interés por el psicoanálisis y la teoría del inconsciente que proponía Sigmund Freud; para él, éste podía explorarse a través de sueños, deseos y ansiedades.
El cuarto núcleo, Exposición internacional de surrealismo en México, rememora la muestra que se presentó en la galería de Inés Amor en 1940, antecedente directo de la larga tradición surrealista en el país, a partir del acogimiento de exiliados de la guerra. Recupera obras de la muestra de autoría de Kahlo, Paalen, Rodríguez Lozano, Montenegro, Rahon y Álvarez Bravo, entre otros.
Deseo, quinta sección, presenta cómo el amor y el deseo fueron temáticas centrales dentro del universo surrealista. En reuniones, a través de cuestionarios, pinturas, novelas y poemas, examinaron y compartieron fetiches y atracciones prohibidas. Si bien, la intervención de mujeres se relegó a un papel de musas u objetos de deseo, la curaduría propone revalorar la presencia femenina con obras de Lola Álvarez Bravo, Aube Breton y Kati Horna.
En El azar y lo irracional se ve el desarrollo de técnicas automatistas encaminadas a liberar el inconsciente. Predomina el collage y el dibujo, y se exhiben algunas series de dibujos realizadas por Max Ernst y Piet Ouborg; también una notable selección de collages de Eileen Agar, Joseph Cornell, Lola Álvarez Bravo, Bridget Tichenor, Agustín Lazo; al igual que esculturas y objetos de Man Ray, Pedro Friedeberg y Salvador Dalí.
Extrañamente familiar, séptimo apartado se centra en la búsqueda de la belleza a través de combinaciones inusuales, en el que la implementación de objetos y de formas se descontextualizan y cuestiona la naturaleza de la representación.
El británico Edward James fue un coleccionista y mecenas del surrealismo. Una parte de su acervo fue adquirida por el Museo Boijmans van Beuningen a partir de la década de 1960. El último núcleo, Edward James y Xilitla, se revalora la figura del poeta, escultor y promotor del surrealismo. A través de archivos y obras se da cuenta de sus procesos creativos que culminan con la construcción de “Las Pozas”, hoy conocido como “Jardín Escultórico Edward James” en Xilitla, San Luis Potosí.
La exposición se complementa con una publicación realizada con el apoyo de la Fundación Jenkins, que tiene por objetivo ser un referente en la investigación de este importante movimiento artístico, por ello se invitó a especialistas y académicos, como Xavier Guzmán, Juan Manuel Bonet, Kristoffer Noheden, Stefan van Raay, Jaime Moreno Villarreal, Irene Herner, por mencionar algunos.
Asimismo, contará con diversas herramientas de mediación dentro de las salas, ofreciendo elementos de inclusión, informativos y explicativos. El séptimo arte estará presente, representado por piezas de René Clair, Marcel Duchamp, Alfred Hitchcock, Luis Buñuel y Germaine Dulac.