Un jurado, integrado por las poetas María Baranda, Roxana Elvridge-Thomas y Monique Zepeda, decidió en el año 2020 conceder de manera unánime el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños a la autora mexicana, Evelyn Moreno (Ciudad de México, 1979), por Gato, ¿estás ahí? que el Fondo de Cultura Económica (FCE) acaba de poner en circulación en librerías.
Poemario que nos arropa en la belleza de lo cotidiano desde el misterio de un felino que maúlla en el silencio y en el sueño juega con esferas multicolores: animalito que solía rondar en los entornos de una pequeña, quien ahora sale a buscarlo y grita su nombre. Estrofas imbuidas en un imaginario prodigioso conformado por los remedios felinos de la abuela o los hechizos para que el gato, que apacigua las penas y quita el dolor, no salga de noche o vuelva a casa. Joan Negrescolor, reconocido artista catalán, ilustra estos versos con un prontuario de tonalidades palpitantes y de creativa glosa gráfica.
“Confieso que de niña reprobé primero de primaria porque no aprendí a leer, recuerdo que hojeaba mi libro donde aparecerían infinidad de sílabas que no era capaz de descifrar. Con el tiempo me di cuenta que también se aprende a leer cuando nos leemos a nosotros mismos. Para mí, la poesía es un remedio casero, contiene esos ingredientes tan únicos, propios, personales, de una memoria ancestral. En ese remedio están los ingredientes de nuestra alacena personal. Quise mostrar ese armario de emociones en este libro”, expresó en entrevista con La Razón, Evelyn Moreno.
¿Siega de improntas interiores trasladadas a la poesía? A veces hay que ir a recolectarlas al campo, al mercado, a la casa de la vecina, pero siempre se preparan y consumen en nuestra casa interior. Alivian, confortan: nos calientan y nos cuidan de la sordidez del mundo, del tedio, la soledad, de la siempre decepcionante realidad.
¿La poesía desde los ojos de un felino? La poesía es mirar en la oscuridad como un gato, con esos ojos brillantes, nítidos, capaces de ver con poca luz, avizoran reflejos de regiones ignotas: nos conformamos con ese momento sorpresivo de su mirada que estimula la imaginación.
«Escribía cuentos que no cuajaban; empecé a leer más poesía para afinar el oído. Me dije: puedo contar una historia desde la poesía» Evelyn Moreno, Poeta
¿Cómo fue el proceso de escritura? Escribía cuentos para niños que no cuajaban; empecé a leer más poesía para afinar el oído. Me dije: también puedo contar una historia desde la poesía y así empecé a escribir mis primeros versos de una niña que pierde a su gato y lo busca.
¿La infanta busca al gato y usted, paralelamente, explora en la búsqueda de la expresión poética? Del mismo modo en que esta niña busca a su gato, yo indagué en mi propia búsqueda de la poesía. Quería explorar las posibilidades de dónde se puede encontrar un gato. No hay nada más poético que nombrar aquello que ya no tenemos, lo que perdimos o nos abandonó.
¿La escritura poética como una pesquisa personal? Este poemario significa la indagación propia de la poesía a la que no se llega por un solo camino, de ahí que mi búsqueda por distintos atajos: un gato perdido en las constelaciones, un gato que alivia el dolor, un gato matemático, un gato en el mar, un gato huérfano.
El gato nunca regresa, ¿por qué? Me preguntaba: ¿el gato regresará o no? Queremos que aquello que perdemos reaparezca; pero, descubrí que, aunque se trate de ficción, como en la vida, no podemos ir en contra de lo inevitable. El poemario me pedía que el gato no debía volver. Fue una decisión difícil de tomar, me dolía enfrentarme a esa partida, como le sucede a la niña.