El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llegó este viernes a China, su primera visita al gigante asiático en cinco años, marcando un renovado compromiso de los dos países a medida que los lazos de China con las capitales occidentales se deterioran.
China, el mayor importador mundial de crudo, es uno de los mayores acreedores de Venezuela y un actor importante en la industria petrolera del país, que tiene las mayores reservas probadas del mundo.
Desde que Estados Unidos impuso sanciones petroleras a Venezuela en 2019, el pago de la deuda de Caracas con China se ha desacelerado y la petrolera estatal PDVSA ya no envía crudo directamente a sus socios chinos, la estatal China National Petroleum Corp y PetroChina.
Los dos países «coordinan y cooperan estrechamente en asuntos internacionales y regionales, se apoyan firmemente mutuamente y se oponen conjuntamente al hegemonismo y al unilateralismo», dijo el vicepresidente de China, Han Zheng, a la delegación venezolana, según un informe del viernes del medio estatal chino CCTV.
El ministro de Petróleo venezolano, Pedro Tellechea, dijo en una publicación en X el viernes que la delegación venezolana se reunió con ejecutivos de la Bolsa Internacional de Energía de Shanghai y la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghai.
China quiere utilizar las bolsas de Shanghai para acuerdos energéticos en yuanes con los productores de petróleo. Son «dos instituciones centrales en el comercio energético y en la formulación de contratos de futuros de Asia», afirmó Tellechea.
La decisión de Pekín de recibir a Maduro coincide con una cumbre del G20 en Nueva Delhi este fin de semana, a la que el presidente Xi Jinping no asistirá. Maduro visitó China por última vez en 2018, cuando se reunió con el líder chino.
Petróleo y deuda
Venezuela sigue muy endeudada con China después de que se concedieran más de 50.000 millones de dólares a través de líneas de crédito y acuerdos de petróleo a cambio de préstamos que se remontan a 2007, bajo el Gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez.
Una caída de los precios del petróleo y la baja de la producción de crudo de Venezuela causaron en el gobierno problemas de liquidez y se vio obligado a solicitar períodos de gracia para la deuda con China en 2016.
En 2020, Venezuela y los bancos chinos acordaron nuevamente un período de gracia sobre unos 19.000 millones de dólares de deuda.
Los funcionarios de Maduro están ahora en conversaciones con China para el pago de deuda y una nueva línea de crédito para proyectos de infraestructura que construirán empresas chinas en Venezuela, dijeron fuentes. Pekín, por su parte, buscaría comprar crudo y pagar en yuanes, según una fuente.
A pesar de las sanciones a Venezuela, China importó alrededor de 390.000 barriles por día de crudo del país entre enero y agosto de este año, por un total de aproximadamente 12,9 millones de toneladas métricas, mostraron datos de la consultora de materias primas Vortexa.
La mayoría de las cargas venezolanas se transfieren a través de terceros países como Malasia. China no informó importaciones directas de crudo desde Venezuela en los datos aduaneros oficiales del año pasado ni en lo que va de este año, mientras los funcionarios venezolanos han dicho que quieren eliminar intermediarios con Pekín.
La empresa estatal china China National Petroleum Corp (CNPC) posee una participación del 40% en el proyecto Sinovensa, en la faja del Orinoco venezolano, junto con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
CNPC dejó de sacar petróleo venezolano a mediados de 2019 después de que el expresidente estadounidense Donald Trump endureciera las sanciones, aunque otras entidades chinas han seguido realizando envíos.