Radiografía del primer mes de Gobierno de Claudia Sheinbaum

Un sacerdote asesinado, un alcalde decapitado, coches bomba y una guerra abierta entre cárteles han manchado el primer mes de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum en el cargo.

Los asesinatos han tenido un efecto de impacto mayor, que recuerda a finales de la década de 2000, cuando el gobierno de Felipe Calderón lanzó una guerra contra los cárteles de la droga. En aquel entonces, las decapitaciones y los ahorcamientos eran imágenes habituales en los periódicos mexicanos.

Sheinbaum heredó la crisis de seguridad de su predecesor y mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Pero los recientes crímenes violentos de alto impacto han presionado a la nueva líder para que entregue resultados en el frente de seguridad, y rápido. Apenas un mes después de asumir el cargo, los expertos se preguntan si su plan es suficiente para frenar la violencia incesante.

Sinaloa, Chiapas y Michoacán principales generadores de violencia en México

Octubre fue un mes sombrío. En el norte de México, una batalla entre facciones enfrentadas del cártel de Sinaloa ha mantenido a los civiles encerrados en sus casas durante semanas, mientras se escuchan ensordecedoras ráfagas de armas de alto calibre todo el día y toda la noche. En el sur de Guerrero, un alcalde que se había negado a negociar con las bandas locales fue asesinado apenas una semana después de asumir el cargo el 6 de octubre; su cabeza quedó sobre una camioneta blanca.

En el sureste de Chiapas, Marcelo Pérez, un sacerdote de alto perfil que durante décadas denunció a los grupos criminales de la zona, fue asesinado a tiros un domingo por la mañana cuando subía a su auto después de dar una misa el 20 de octubre. En Michoacán, los cultivadores de limón, cansados de pagar extorsiones, iniciaron una huelga de cinco días después de que un conocido productor fuera asesinado en septiembre.

“Ella heredó tanto una crisis como los compromisos que AMLO asumió con una variedad de partes interesadas, como la Guardia Nacional”, dijo Gladys McCormick , profesora de la Universidad de Syracuse que se especializa en las relaciones entre México y Estados Unidos, refiriéndose al expresidente por sus iniciales.

“A primera vista, algunos aspectos de la estrategia de Sheinbaum, incluidas algunas de las personas que ha nombrado para puestos clave, son sólidos”, afirmó. Pero el empeoramiento de la violencia la está poniendo a prueba, añadió McCormick.

El martes, el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ofreció un informe sobre los avances en materia de seguridad pública hasta el momento bajo el mando de Sheinbaum durante su conferencia de prensa diaria. Parte de la estrategia ha sido reorientar el despliegue de las fuerzas gubernamentales para priorizar Sinaloa, Chiapas y Michoacán, según un video mostrado después de su presentación.

Otro pilar del plan es “consolidar” la Guardia Nacional creada bajo el gobierno de AMLO. Pero “no está claro qué significa esto”, dijo McCormick. “La falta de detalles sugiere que todavía hay algunas negociaciones a puerta cerrada entre los militares y la administración de Sheinbaum. ¿Será ella tan complaciente con la agenda militar como lo fue AMLO?”

López Obrador dirigió uno de los períodos más letales de la historia reciente de México, en el que los homicidios casi alcanzaron los 200.000 durante su mandato. AMLO invirtió mucho tiempo y dinero en fortalecer al ejército, pero hizo de la mejora de la educación y las oportunidades económicas un elemento central de su estrategia de lucha contra el crimen.

Sheinbaum hasta ahora ha seguido sus pasos. “No vamos a regresar a la guerra contra las drogas de Calderón”, ha dicho en múltiples ocasiones.

La violencia generalizada no se ha limitado a asesinatos entre miembros de los cárteles.

Elementos militares forman parte de la violencia en México

El día que asumió el cargo, los militares dispararon y mataron a seis migrantes que viajaban en un camión en Chiapas. En Colima, oficiales de la marina y la policía mataron a otros seis civiles ese mismo día. Más tarde, en octubre, la Guardia Nacional y el ejército dispararon y mataron a una niña de ocho años y a una enfermera en incidentes separados en el norte de Tamaulipas.

Mientras tanto, Sinaloa registró 143 homicidios en septiembre, según datos federales, tres veces más que los 44 registrados en agosto. Octubre ha sido aún peor. Las autoridades estatales han informado preliminarmente de 174 asesinatos hasta el 29 de octubre.

El Gobierno ha respondido a las críticas de que su respuesta a las diferentes crisis no ha sido suficiente.

Violencia en México es por las drogas

En entrevistas de radio días antes de su muerte, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, había pedido ayuda adicional a las autoridades federales debido a que un colaborador cercano acababa de ser asesinado. El gobierno de Sheinbaum dijo que no recibió ninguna solicitud oficial de ayuda.

El 24 de octubre, dos coches bomba estallaron en distintos poblados de Guanajuato. Cuando se le preguntó si se trataba de un acto terrorista, García Harfuch respondió que no. “El terrorismo tiene tintes ideológicos y religiosos”, dijo el jefe de seguridad de Sheinbaum. “Esto es por drogas”.

El plan del gobierno también pone mucho énfasis en la comunicación y el intercambio de información entre las distintas agencias a nivel federal, regional y local. Pero no está claro qué sucederá después de todo ese intercambio, dijo McCormick.

“El razonamiento lógico es que, una vez que se comparte la información, debería haber alguna acción complementaria para hacer algo con ella”, dijo. “La ausencia de detalles es lo que resulta preocupante”.