En los meses de junio y agosto pasados, tuve la oportunidad de participar en tres congresos especializados en las diversas disciplinas de la administración empresarial, en la que se ofrecen conferencias, exposiciones, paneles de expertos, que comparten sus trabajos de investigación relacionados con sus áreas de especialidad.
En esos eventos tuve la oportunidad de interactuar con colegas investigadores y profesores de otros países, buscando coincidencias y nuevos enfoques en los temas de investigación. Las reflexiones que les puedo compartir tienen muchos aspectos en común, en relación con lo que actualmente hacemos en temas del futuro del trabajo y del talento en la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, y en otras áreas, y las puedo agrupar en tres grandes apartados:
El primero de ellos está relacionado con la tecnología, entre lo que destaca la inteligencia artificial, el análisis de los grandes volúmenes de datos, la automatización y digitalización de los procesos, así como el uso de redes y herramientas tecnológicas con la finalidad de mejorar las actividades laborales.
En este punto, también se estuvo dialogando sobre los lugares de trabajo y las nuevas modalidades para realizarlo, y sus resultados coinciden con una investigación que recientemente terminé, en colaboración con colegas del Tec de Monterrey, realizada durante el primer semestre del año sobre las expectativas de las personas con respecto a las formas de trabajo.
Encontramos que las preferencias actuales, en las generaciones más jóvenes, se centran principalmente en los esquemas de trabajo híbridos. En efecto, de las 718 personas que participaron en la investigación, el 11 por ciento trabaja completamente a distancia, el 46 por ciento lo hace de manera híbrida (unos días trabajando a distancia y otros en el lugar de trabajo) y el 43 por ciento restante es su lugar de trabajo, sin embargo, un aspecto interesante que se pudo observar en la investigación es que el 65 por ciento de los participantes prefiere tener un esquema híbrido, lo cual presenta similitudes con algunos resultados que publicamos en esta misma columna anteriormente y es un indicio claro de que la modalidad híbrida llegó para quedarse.
La segunda reflexión está relacionada con el enfoque hacia los procesos verdes en las empresas, en donde se analiza la importancia que tienen los líderes empresariales al fortalecer los esfuerzos para lograr la alineación de los planes operativos con las diversas estrategias de sustentabilidad y de apoyo a “la gestión verde de recursos humanos” en las empresas.
Lo que se conoce actualmente sobre este tema son campañas de disminución de contaminantes, ahorro de energía, reciclado de materiales, entre otros, pero considero que estos esfuerzos deben ir más allá, con la finalidad de generar una consciencia de la relevancia que tiene el medio ambiente en la vida diaria y que se fortalezca el desarrollo de actitudes y comportamientos verdes mediante prácticas empresariales que impliquen el fortalecimiento de todo esto que se está mencionando, como la integración de perfiles verdes en las descripciones de puestos, la medición de indicadores verdes, la implementación de iniciativas que favorezcan el ambiente sustentable en la empresa así como el reconocimiento a los colaboradores por alcanzar las metas de desempeño verde.
Finalmente, la tercera reflexión se centra en el impacto que tienen las actividades empresariales en el ámbito social, es decir, la sociedad en su conjunto, aunque en este momento me gustaría centrarme en lo que respecta a las personas que trabajan en la empresa y al compromiso que se genera mutuamente para mantener la pertenencia, la lealtad y el orgullo por ser parte de una determinada marca.
Diversos estudios muestran que esto se logra, entre otras cosas, mediante el trato digno a las y los colaboradores, ofreciéndoles condiciones adecuadas de trabajo, con instalaciones apropiadas, el equipo adecuado y el ambiente apropiado, poniendo atención en el cuidado de la salud del colaborador, enfocándose en el equilibrio entre la vida laboral y personal, ya que son elementos más complejos y prioritarios para cumplir desde las perspectivas del personal, la social y la legal.
Sin embargo, surgen algunas interrogantes que debemos analizar en un futuro próximo, por ejemplo: ¿Las nuevas modalidades de trabajo han sido generadoras de sobrecargas de trabajo?; ¿Cuándo se tiene un uso excesivo de las herramientas tecnológicas se acentúa la inestabilidad física y mental de los colaboradores?; ¿Cuáles han sido los efectos que han tenido en las personas el cambio en los entornos laborales?
Estos planteamientos que comparto son algunas tendencias que estaremos encontrando con mayor frecuencia en nuestro diario vivir y están enfocadas en lo tecnológico, lo verde y lo social. ¿Qué es lo que nos depara el futuro?, seguir investigando para compartirles los hallazgos que encontremos.
El autor es Profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey y Líder del Grupo de Área Temática en Diseño y Cultura Organizacional.
Contacto: smadero@tec.mx