Al destacar que las presiones inflacionarias son “mayores a las anticipadas” y con un considerable sesgo al alza, el Banco de México (BdeM) decidió este jueves, por unanimidad, incrementar su tasa de referencia en tres cuartos de punto porcentual, para situarla en 8.5 por ciento, su nivel más alto desde que en 2008 adoptó la estrategia de política monetaria basada en objetivos de inflación.
La tasa de referencia, que por segunda ocasión consecutiva tiene un aumento de esta magnitud, marca el costo al que se financian empresas y familias. Al aumentarla, el banco central busca contener la inflación con el encarecimiento del crédito, lo que disminuye consumo e inversión, y desacelera a la economía, que ya de por sí marcha lenta.
El objetivo permanente del banco central es que la inflación se ubique en 3 por ciento anual, con un intervalo de variación de un punto porcentual hacia arriba o abajo.
En su comunicado de política monetaria, el BdeM destacó que las presiones inflacionarias acumuladas a raíz de la pandemia y del conflicto bélico continúan afectando a las inflaciones general y subyacente, que en julio registraron tasas anuales de 8.15 y 7.65 por ciento, respectivamente, manteniéndose en niveles no observados en dos décadas.
Ante este escenario, las expectativas de inflación para 2022 volvieron a incrementarse, al tiempo que las de 2023 y a mediano plazo aumentaron, aunque en menor medida.
Según los pronósticos actualizados del banco central, la inflación cerrará 2022 en 8.1 por ciento, cuando previamente estimaba 7.5 por ciento; además, será hasta el primer trimestre de 2024 cuando disminuya a 3.1 por ciento, tal y como lo anticipaba en su última reunión de política monetaria.
No obstante, advirtió que la inflación tiene un “considerable” sesgo al alza, siendo los principales riesgos: la persistencia de la subyacente en niveles elevados; presiones sobre precios externos derivados de la pandemia; que continúen las alzas en los productos agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico; depreciación cambiaria y presiones de costos.
El BdeM indicó que sus integrantes vigilarán estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas, por lo que valorará la magnitud de los ajustes al alza en la tasa de referencia de sus próximas reuniones de acuerdo con las circunstancias prevalecientes.
No ha terminado el ciclo de ajustes
Analistas de Monex señalaron que si bien el tono del comunicado de este jueves abre la puerta a una posible moderación en el alza de tasas, pues ya no se incluyó la línea que alertaba que “en las siguientes decisiones, la junta de gobierno tiene la intención de seguir aumentando la tasa de referencia y valorará actuar con la misma contundencia en caso de que se requiera”.
Por ese motivo, estimó el banco, y porque con el nivel actual la tasa podría ya ubicarse en niveles marcadamente restrictivos, es posible que el monto de los próximos movimientos sea de medio punto porcentual.
Dicha visión es compartida por Ve por Más, que además de esperar un alza de medio punto en la reunión de septiembre, prevé que el pico de inflación se dé en agosto.
En contraste, Intercam advirtió que los riesgos para la inflación continúan vigentes y no cederán hasta finales de año, por lo que pronostica que la tasa del BdeM cierre el año en 9.5 por ciento, con probabilidades cada vez más altas de ver una tasa objetivo en 10 por ciento o arriba de ese nivel si la inflación no cede.
En tanto, Invex considera que el banco central aumentará su tasa de referencia en 0.75 puntos porcentuales una ocasión más el próximo mes, con lo cual ésta llegaría a 9.25 por ciento.