Sustitutos dérmicos ¡el futuro en el tratamiento de pacientes con quemaduras!

Las quemaduras son los accidentes más comunes en los hogares, se presentan mayormente en la cocina, ya sea por el derrame de líquidos calientes como aceite o agua, o por el contacto con utensilios de cocina calientes como los sartenes. También existen casos de quemaduras por corrientes eléctricas y por químicos como el cloro y otros productos de limpieza. Actualmente la Secretaría de Salud en México reporta 13,000 casos por quemaduras al año, de los cuales, desafortunadamente 1,000 de ellos se dan en niños.

Las lesiones por quemaduras pueden dividirse en cuatro grados de acuerdo con su gravedad. Las de primer grado solo causan enrojecimiento en la piel y no dejan cicatrices; las de segundo grado lesionan un poco más profundo la piel, causan ampollas e inflamación; las quemaduras de tercer y cuarto grado son las de mayor gravedad, atraviesan completamente la piel, y pueden llegar a afectar el músculo, tejido graso y los huesos. Desgraciadamente, las quemaduras de tercer y cuarto grado no pueden sanar solas, lo que, en tiempos antiguos, ¡era una sentencia para las personas que sufrían quemaduras!; por ello, en busca de maneras de sanar la piel lesionada, se han desarrollado tratamientos especiales contra las quemaduras.

El principal tratamiento de las quemaduras graves es el trasplante de la piel sana del paciente hacia las zonas afectadas. Sin embargo, este tratamiento, no puede realizarse cuando gran parte de la piel fue dañada, ni cuando hay indicios de infección. Por ello, se requieren tratamientos alternos como el uso de sustitutos dérmicos.

Pero ¿sabes que son los sustitutos dérmicos?, sencillo, ¡son como una segunda piel! Los sustitutos pueden aplicarse de manera temporal en lesiones poco profundas, y de manera permanente en lesiones más severas. Las funciones de los sustitutos dérmicos en pacientes con quemaduras son variadas, deben proteger a la piel dañada de infecciones por contacto con microbios, deben evitar la deshidratación de la piel, promover que la piel dañada sane y disminuir el dolor del paciente.

Los sustitutos dérmicos se dividen en temporales y permanentes, y a su vez, en biológicos y sintéticos. Si bien existen sustitutos dérmicos temporales, que se usan por cortos periodos de tiempo, también existen los sustitutos dérmicos permanentes, que, se quedarán por siempre en la piel del paciente, ya sea siendo absorbidos por la piel, o, sustituyendo la piel lesionada.

Existen varios tipos de sustitutos temporales de origen biológico; existen aquellos en donde la piel de animal (usualmente de cerdo), es colocada sobre las heridas para que los nutrientes de la piel del cerdo sean aprovechados por la piel lesionada para regenerarse, sin embargo, puede existir un rechazo del injerto por provenir de un animal. Así también, existen sustitutos temporales, en donde se emplean fragmentos de piel humana proveniente de cadáveres, reduciendo la probabilidad de rechazo por el paciente. Otro sustituto temporal de origen biológico es un tejido proveniente de la placenta, el cual es popular por su bajo costo.

En cuanto los sustitutos dérmicos sintéticos, estos se conforman de componentes que no están en la piel. Son usualmente una malla o un filme de nylon, de poliuretano, de celulosa o hidrogeles de gelatina. Además, poseen sustancias beneficiosas para que la piel sane, como el ácido hialurónico o proteínas como el colágeno.

En cuanto a los sustitutos dérmicos permanentes, los de tipo biológico son los más utilizados ya que, provienen de piel cadavérica de humano tratada para que no provoque rechazo ni respuesta inmune por parte del paciente a largo plazo. En el caso de los sustitutos sintéticos, se emplean mallas que suelen ser de silicona y que contienen sustancias benéficas para que la piel sane al ser absorbidas.

No obstante, con la tecnología actual para el tratamiento de quemaduras, no se han podido resolver problemas en la recuperación de la piel, como evitar el cambio de color y textura de la piel reconstruida, así como la recuperación elasticidad, lo cual afecta directamente a los niños que continúan creciendo y probablemente requieran nuevos trasplantes de piel en el futuro para mejorar la apariencia de la piel. Desafortunadamente, la realización de nuevos trasplantes implica más heridas y la recuperación es muy dolorosa. Por lo cual, se buscan métodos que repliquen con mayor precisión el tejido que ha sido dañado, además de la piel, los vasos sanguíneos, nervios, glándulas sudoríparas y folículos pilosos.

Si bien, aún no se ha podido crear un sustituto dérmico que reemplace las funciones de la piel; pero, la ingeniería de tejidos y la tecnología de impresión 3D, tienen un enorme potencial, y se cree que puede dar este gran salto hacia la recuperación completa de la piel. La ingeniería de tejidos propone el uso de células que, al multiplicarse, permitan la reconstrucción de la piel y sus funciones tal como cuando estaba sana. Por otro lado, la tecnología de impresión 3D, busca tal cual, imprimir la piel replicando a la original, incluso ya se está desarrollando la impresión 4D, que, como la ingeniería de tejidos, además de la regeneración de la piel ¡podría permitir recuperar completamente sus funciones!

Por eso, en nuestro Laboratorio de Reprogramación Celular y Bioingeniería de Tejidos ubicado en el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco AC (CIATEJ), buscamos desarrollar nuevos modelos de sustitutos dérmicos basados en el uso de células, que permitan replicar la estética y funciones de la piel sana. Nuestro campo se basa en la investigación sobre la biología de las células de la piel y sus procesos de cicatrización, mediante técnicas de microscopía y cultivo celular.

Queda un largo camino, mucho estudio e investigación, pero hay grandes expectativas y confianza en el desarrollo de estas nuevas tecnologías y su aplicación para el tratamiento de quemaduras. Tecnologías que además de ofrecer un tratamiento, den una esperanza para las personas que, lastimosamente han sufrido de quemaduras, buscando, que no sufran el dolor físico y mental de sus secuelas, que pueden ser permanentes.

La Crónica