Es nuestro corporativo adolescente. Una vez más demos el beneficio de la duda, al menos ahora el plan tiene más sentido.
Ayer, los nuevos responsables del octogenario Pemex salieron a decir cómo van a resolver los problemas de la petrolera que no termina de madurar.
¿Qué viene? Lo que debe llegar es un nuevo proyecto que parece apuntar a lo lógico: hacer cosas que se venden más caras; en términos técnicos, más valor agregado en productos que sirven para hacer todo el plástico que ustedes tienen cerca; también viene más gas natural y un proyecto ambiental que agradecemos todos, para acabar con la contaminación que generan, por ejemplo, las plataformas petroleras.
¿La han visto? Esa ‘pequeña’ mecha que arde en la punta de una chimenea está enviando CO2 a la atmósfera, en el mejor de los casos. Porque las plataformas ‘apagadas’, simplemente no queman el metano y saturan con éste el planeta, elevando la temperatura en las ciudades.
Todo se basa en un nuevo régimen que cobrará de otro modo los impuestos a la empresa de todos ustedes y debe permitirle ‘respirar’ y pagar a sus proveedores, entre otras cosas.
Este miércoles apareció reunido el equipo completo: la presidenta Claudia Sheinbaum; la secretaria de Energía, Luz Elena González; el subsecretario de Hacienda que cobra impuestos a Pemex, Edgar Amador y el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla.
Lo presentado ayer por ellos anuncia el propósito de corregir, entre otros, un error que sí cometieron administraciones priistas del siglo pasado que partieron la compañía en al menos cuatro partes:
Pemex, el responsable de extraer petróleo y gas del subsuelo; Pemex, el que se encarga de aprovechar el gas y dividirlo en sus partes químicas; Pemex, el que hace gasolina, diesel, turbosina y gas butano, y finalmente, Pemex Petroquímica, que pudiendo ser la más rica se convirtió en la más pobre.
Es como si en una taquería ponen al taquero en un cuarto, al mesero en otro, los cajeros en una orilla y por ahí avientan al que hace las salsas.
Cada quien hace lo que puede y todos piensan que lo hacen muy bien, pero solo el mesero sabe lo que piensa el cliente, nadie le hace caso y el changarro deja sólo pérdidas.
Ahora, todo el negocio estará respondiendo a la estrategia de un técnico como Víctor Rodríguez, no habrá otra persona a quien señalar.
Él sabe lo importante de producir petróleo, el negocio más rentable. Sacar crudo a 25 dólares y venderlo a más de 60; pero entiende que eso no puede hacerse sin descuidar la producción de gas natural que necesita la CFE para generar electricidad y la industria en general para producir plástico, poliéster para ropa y zapatos… o electrónicos.
“Tenemos la instrucción de la Presidenta de la República de incrementar la producción de gas natural dada la elevada dependencia que tenemos de las importaciones”, remarcó ayer. Es verdad. Se elevaron 50 por ciento el sexenio pasado, de acuerdo con el gobierno estadounidense. Vaya, Rodríguez es reconocido en la industria como un personaje que puede usar la lógica para ayudar a Pemex.
Lo que es indispensable es que todos entendamos la narrativa que sigue presente en el gobierno y que no conviene, salvo a los políticos expertos en el arte de tejer palabras.
La secretaria Luz Elena González expresó ayer que entre 2012 y 2018, como resultado de la reforma privatizadora de 2013 del expresidente Peña Nieto, el sector petrolero mexicano sufrió un terrible abandono. Es cierto, innegable.
A este declive productivo se sumó un endeudamiento desmedido, la deuda de Pemex creció 129.5 por ciento en 10 años. También luce cierto y quién sabe cuánto de eso se fue en corrupción cuyos responsables aún no conocemos.
Además, se privatizaron 90 áreas petroleras, algunas ya con yacimientos descubiertos, bajo el argumento de que el sector privado revertiría la caída en reservas. Más o menos cierto.
El área que cubren esas 90 áreas petroleras suena a un montón para quien no ha volteado a ver el otro lado del Golfo de México, en donde los pozos se cuentan por miles y las áreas en regiones enormes. No llegaron a ese punto de inflexión con la “privatización”, apenas empezaron.
La secretaria tiene razón en muchos hechos, pero ella en el fondo sabe que ya pasó tiempo desde que un nuevo régimen sustituyó al PRI.
Urge un sector energético desarrollado y un Pemex adulto que como el resto de los corporativos petroleros relevantes del mundo responda a sus propietarios, que son ustedes, en lugar de buscar pretextos cada sexenio para explicar por qué no logra sus metas, o por qué llegó tarde.