A pesar de las diferentes aplicaciones de mensajería instantánea que podemos utilizar en estos momentos para comunicarnos con personas de todo el mundo de inmediato, el correo electrónico sigue siendo muy usado. De hecho muchos de vosotros seguro que disponéis de más de una cuenta de este tipo tanto personal como profesional.
Debemos admitir que muchos estamos atentos a nuestras cuentas de correo a lo largo de todo el día, incluso a través del teléfono móvil. Y no solo hablamos de correos que nos puedan llegar del trabajo, ya que estos mensajes pueden aparecer en nuestra bandeja de entrada de todo tipo de empresas, amigos o familiares. Llegados a este punto tampoco podemos olvidarnos del molesto spam que sufrimos prácticamente a diario.
Cuándo se envió el primer correo de la historia
Pero como todo aquello que tiene algo que ver con la tecnología, por muy avanzado o usado que sea hoy día, tuvo sus comienzos. Y esto es algo que igualmente abarca al correo electrónico en el que nos vamos a centrar ahora. De hecho nos vamos a remontar a aquella época en la que todavía ni siquiera existía Internet.
Por aquel entonces empezaba a funcionar una red llamada Arpanet creada en el norte de América para ayudar al ejército de los Estados Unidos. Para muchos esta es una red que supuso el preludio a lo que hoy conocemos como Internet. Evidentemente no tenía la extensión de nuestro universo online a día de hoy, y los usuarios estaban muy limitados. Si nos centramos en el mencionado correo electrónico, nos vamos a situar en el año 1971 cuando un ingeniero informático llamado Raymond Tomlinson, tuvo la idea de enviar el primer correo de la historia.
Cabe mencionar que esto es algo que se llevó a cabo a través de la mencionada red Arpanet entre un equipo que estaba situado al lado del otro. Pero el envío del correo como tal ahí quedó para la historia.
Este fue el mensaje que ese transmitió vía email
Como os podéis imaginar, el mencionado ingeniero Tomlinson, en ese instante no era consciente de la repercusión mundial e histórica que iba a tener este invento. De hecho no cobró un solo euro por el mismo y eso que en la actualidad se envían a nivel mundial miles de millones de correos diarios.
Al mismo tiempo en estos instantes y desde hace años tenemos la posibilidad y adjuntar todo tipo de ficheros, incluso de gran tamaño, que se transmiten en cuestión de segundos. Pero debemos tener en consideración que el primer correo que se envió no tenía nada que ver con los actuales. De hecho el texto que se envió de un ordenador a otro fue el texto QWERTYIOP, que en realidad no quería decir nada.
Hay que tener en consideración que esta fue una prueba que se llevó a cabo más por curiosidad que otra cosa, tampoco es que si quisiese demostrar nada. A Tomlinson sencillamente le pareció algo interesante para llevar a cabo a modo de prueba. Como curiosidad os diremos que este hecho histórico no se reconoció hasta el año 2012 en el Salón de la Fama de Internet.
Cuándo apareció el molesto spam
Como os podéis imaginar a medida que el uso de Internet se comenzó a extender en hogares de todo el mundo, el crecimiento del correo experimentó una crecida muy importante. Este servicio de mensajería empezó a extenderse entre usuarios tanto a nivel personal como profesional. Pero no todo iban a ser ventajas en lo que se refiere al email como tal.
Y es que ciertos usuarios también vieron aquí una excelente vía para publicitarse de un modo u otro. Ahí es donde precisamente nació el spam que hoy día nos llega prácticamente a diario. Sin embargo en sus inicios no había los potentes filtros que nos ofrecen la mayoría de los gestores de correo en la actualidad.
De hecho fue en el año 1978 cuando apareció el primer mensaje que se podría considerar como de spam. Hablamos de una modalidad de correos que ha llegado hasta estos tiempos y que se centra en envío masivo de emails no deseados por parte de los receptores. A partir de ese momento las campañas de spam se fueron convirtiendo en más complejas hasta formar parte del correo electrónico casi de forma natural.
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Author: David Onieva