Hoy en día todos guardamos nuestros datos en discos duros, SSD, servidores NAS e incluso hasta en la nube. Sin embargo, los medios ópticos siguen estando muy presentes entre nosotros, y, aunque en menos medida, aún siguen siendo una opción más a la hora de guardar todo tipo de datos en el ordenador. Pero, ¿realmente merecen la pena?
Haciendo limpieza por casa he encontrado mi antigua grabadora externa de DVD, así como un par de tarrinas de «verbatas» vírgenes y varias tarrinas de discos DVD grabados. Muchos de ellos eran versiones de Windows y Linux que había grabado para instalarlos cuando formateara (tengo lo menos 10 Windows XP diferentes, y versiones de Ubuntu desde la 6.04). También tengo copias de seguridad de juegos de PC, y películas grabadas de hace, lo menos, 20 años.
Lo primero que pensé es que todo este material no funcionaría ya. Al fin y al cabo, las tarrinas de CDs y DVDs no brillaban por su cuidado, ya que todos los discos estaban en contacto unos con otros y se rallaban con mucha facilidad. Pero, para sorpresa, quitando dos o tres, todos los demás sí que funcionaban sin problemas, y pude recuperar contenido del que ni siquiera me acordaba para hacer una copia de seguridad del mismo, en condiciones, en un disco duro externo de 16 TB que tengo en casa.
Aprovechando que tengo varios CDs y DVDs vírgenes, decidí viajar atrás en el pasado e intentar convivir con ellos durante una temporada. ¿Cuál ha sido mi experiencia con ello?
Para qué usar un CD o DVD hoy
Lo más básico, lo primero que se nos viene a la cabeza, es: ¿qué puedo hacer con ellos? Recordamos que un CD tenía una capacidad de 700 MB, mientras que un DVD normal contaba con 4.7 GB. Y la verdad es que estas capacidades se nos quedan ahora mismo muy cortas.
A unos CDs les di salida muy rápido, y aproveché para grabar unas copias de seguridad de mis CDs originales para el cargador del coche. Esto es lo único que se me ocurrió hacer con los CDs, ya que dada su capacidad estamos muy atados. No caben series de televisión, ni películas. Los juegos ocupan ya decenas de gigas, las fotos tienen también un tamaño desorbitado que, a poca calidad que tengan, no nos cabrán más de 100… La verdad es que volver al CD-ROM no nos ha dejado buen sabor de boca.
¿Y el DVD? Recordamos que estos discos tenían la capacidad de entre 6 y 7 CD-ROM, por lo que ahora sí tenemos algo más de margen, aunque no demasiado. Grabar una serie o una película, que hace 20 años lo hacíamos a diario, hoy no tiene mucho sentido. Y los DVDs tampoco son la mejor opción para música. Salvo que tengamos algún juego de la era de los 2000 o los 2010, tampoco nos servirá.
Lo que sí nos ha resultado interesante es usar estos discos para hacer copias de seguridad. Aunque su capacidad no es nada del otro mundo (4.7 GB, recordamos), sirve muy bien para grabar información personal que queramos guardar con seguridad. Al menos, como segundo medio para hacer el backup, si seguimos la regla del 3-2-1. También podemos usarlo para crear un DVD con programas básicos para instalar cuando formateamos un ordenador (algo que nunca viene mal), así como un disco con miles de juegos retro, porque ¿por qué no?
¿Siguen funcionando los grabadores?
Para sorpresa de muchos, sí, los programas que usábamos en los años 2000 siguen estando disponibles en las webs para descargar, y los programas siguen funcionando en Windows 11. Software como Nero Burning ROM, Alcohol 120% o ImgBurn siguen funcionando perfectamente para grabar CD y DVD hoy en día.
Windows incluso tiene su propio grabador de discos, que aunque sigue siendo demasiado básico y simple, para un apuro nos puede sacar.
¿Seguiré usando CD y DVD?
La verdad es que no. Aunque funcionan, sigue siendo un elemento muy arcaico, y dada la evolución de la tecnología, se han quedado ya obsoletos. Lo que he hecho ha sido crear una ISO de los discos viejos que tenía, funcionaban, y no quiero perder, y esa ISO la tengo ahora guardada en mi disco duro externo, con una copia de seguridad en la nube de OneDrive.
Para lo que sí voy a gastar un DVD va a ser para guardar una copia de una serie de datos privados que no quiero que nadie vea. Algunos grabadores permitía cifrar los datos dentro de los discos, y al fin y al cabo, si lo que buscamos es privacidad, los CDs y DVDs eran las mejores alternativas.
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Author: Rubén Velasco