En octubre de 2025, Windows 10 llega a su fin de vida. Esto quiere decir que, a partir de esa fecha, el sistema deja de recibir todo tipo de soporte por parte de Microsoft, y pasará a formar parte de la historia de los sistemas operativos, junto a Windows XP y Windows 7. Sin embargo, el cese de soporte no va a ser de raíz, sino que este sistema tendrá, como sus predecesores, un periodo de gracia de 3 años durante el cual seguirá recibiendo parches críticos de seguridad. Eso sí, por un precio.
Conocido como Windows ESU (Extended Security Updates), Microsoft ofrece a las empresas un soporte extendido de tres años más, durante los cuales el sistema sigue recibiendo actualizaciones, eso sí, solo críticas y de seguridad. Este sistema fue presentado con Windows 7, y obliga a todos aquellos que quieran seguir usando el sistema fuera de soporte a pagar una suscripción para poder recibir estos parches.
Con Windows 7, el precio por poder seguir actualizando el sistema fue de 50 dólares durante el primer año, 100 dólares para el segundo año, y 200 dólares por el tercer año de soporte extendido. Windows 8 no tuvo actualizaciones ESU debido a su prácticamente nula cuota de mercado. Pero, con Windows 10, este soporte extra se repite.
Pagar por actualizar Windows 10
Windows 10 es un sistema que, a pesar de tener los días ya contados, sigue estando instalado en cientos de millones de ordenadores. Esto hace que se trate de un sistema tan popular, tanto entre usuarios como entre empresas, que obliga moralmente a Microsoft a seguir actualizándolo para dar aún más tiempo para actualizar a Windows 11. Eso sí, por un precio.
Las actualizaciones ESU de Windows solo están disponibles para empresas y organizaciones, por lo que los usuarios domésticos que sigan usando este sistema en sus casas no podrán instalarlas. Al menos, oficialmente. Y las empresas que quieran seguir usando este SO tendrán tres opciones:
- Activación tradicional. Actualizar un PC con Windows 10 tiene un coste de 61 dólares al año, precio que se duplicará año tras año. Esto quiere decir que el segundo año habrá que pagar 122 dólares, mientras que el tercero tendremos que pagar 244 dólares.
- Windows 365. Si usamos este tipo de licencia, no tenemos que preocuparnos, ya que las actualizaciones ESU estarán incluidas desde el primer día sin coste adicional.
- Sistemas gestionados en la nube, como Microsoft Intune. Obtienen un 25% de descuento por las actualizaciones, quedando el primer año a 45 dólares, y duplicándose año tras año.
Sea como sea, seguir usando Windows 10 durante los tres años de soporte extendido nos costará 427 dólares (315 dólares con el descuento) por equipo. Un precio bastante elevado que hará a las empresas replantearse muchas cosas.
¿Y su uso Windows 10 en casa?
Microsoft no tiene planes de lanzar sus actualizaciones extendidas para Windows 10 fuera de los entornos domésticos y corporativos. Es cierto que, igual que ocurrió con Windows 7, habrá pequeños trucos para instalar estos parches en casa, pero, legalmente, no va a haber forma de hacerlo.
Si queremos seguir usando Windows sin problemas de seguridad, la única opción que nos queda es buscar la manera de actualizar a Windows 11, ya sea modificando los requisitos o comprando un ordenador nuevo. También podemos optar por dar una oportunidad a Linux para poder seguir usando el PC.
Y, si no nos queda otra que utilizar Windows 10, entonces podemos optar por una herramienta, llamada 0patch, que nos permitirá mitigar posibles vulnerabilidades que aparezcan para este sistema, aunque no tenga ya soporte oficial. Eso sí, puede que tengamos que pagar una suscripción (25 dólares al año) para usarla.
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Author: Rubén Velasco